Memorias sueltas

 Después de todos estos años

esperando alguna causa

para escribir con provecho

lo que  me inspire de pronto

a promoverla sin pausa

al través de versos sueltos,

todavía no sabría

cómo probarme a mí misma

que la causa es importante,

que tenemos esperanzas

que el mundo mejore a veces

aunque las guerras den plata

a unos pocos poderosos

que empujan conflicto armado

para probar que es difícil

vivir en paz en tu casa.

Pensemos mientras podamos

en ayudar sin mirar

qué color tiene la piel 

de las personas que llegan

si es que se fueron con prisa

huyendo de sus países

para llegar a estas tierras

a comenzar una vida

con causas ilimitadas

consiguiendo en armonía

que todos tengan un techo,

un vecino, una comida,

un trabajo honrado y bueno

para ayudar a los otros

que vendrán más adelante.

Poema a las corridas

Escribiré una poesía

aunque me cueste la vida,

aunque me vaya temprano,

aunque de nada me sirva.

La escribiré de costado,

de sentada, de rodillas,

desde el fondo de mi alma

y desde allá más arriba

de la colina más alta

cuando me sienta tranquila.

Siempre que te espero canto

con las fuerzas que me quedan,

con las que llevo en la mano,

con las que tengo de veras

en lo mejor del verano

caminado sobre huellas

que dejaron los paisanos

de la patria tan lejana

a la que quizás no vuelva. 

La escribiré mientras corro

aunque me cueste la vida.

Otra vez acá sentada

 Sentada cerca de vos,

sin pensar, sin dar mi voz,

cantando sin darme cuenta

que me quedo sin remedio

en  medio de la victrola

alrededor de algún disco

cuando ya no tengo sueño.

Canciones que cantaría

si me dieran muchas ganas,

por ahora no las canto,

quizás las cante mañana

cuando la luna se asome

y las estrellas extrañas

bailarán alguna cueca,

sin querer que ahí se vea

la falta de inspiración 

que tengo si no estás cerca.

Siempre igual

 Siempre igual,

nunca despacio

respirando sin pensar,

sin verte, sin obligarte

a pensar en tu comida,

tu diversión maldita,

tus desplantes sin permiso,

tus amores a escondidas,

tus besos que voy pidiendo

todo el tiempo sin medida.

Siempre igual,

nada se cambia,

la luna está en la montaña,

el sol se va despacito

y mi vida acá en mi mano

nunca se vé dónde queda,

mientras la cama está sola,

nadie la calienta apenas

y me voy a dormir toda

sin pensar en compañía

porque la vida se alarga

debajo de la cortina

que esconde los platos sucios

que no se lavaron antes

y las hormigas se comen

las sobras que ahí se quedan.

Arriba los corazones

 Arriba los corazones,

aceitunas y amapolas,

campos llenos de sardinas

en las lagunas torcidas

que el agua por acá trae

cuando llueve todo el tiempo

sin que aparezca respiro,

y el sol se queda en la tarde

para alumbrar sin quererlo

cosas que nadie repite

si no quiere darse bronca.

Cantos de ángles cantan

cancioens que nunca llegan,

se quedan en la vereda

y no se animan con nada

mientras la luna se acuna,

el sapo en el charco salta,

la rana busca un besito,

un dolor, una alcancía

que juegue con los colores

de melones y sandías.

Encantado sos por siempre

 Encantado, mi corazón

se llena de encanto pleno,
el conocerte mejor,
vivir con vos todo el tiempo,
me hacen sentir adentro
de tu vida apasionada
que te canta mis canciones
aunque nunca digan nada.
Besos que siempre te debo
muy temprano en la mañana
porque sos mi encanto pleno
todo el tiempo sin macana
desde añares de mi vida
que me dan de enamorada
la pasión de tus encantos
que adoro como si nada.

   (De una invitación a participar de un poema fusionado en Poemas del Alma)

Apolillando poemas

 Escribo, que siempre escribo

siempre escribo sin parar,

escribo porque te quiero,

escribo por no dejar

de cantar mis sentimientos

todo el tiempo sin parar.

Las palabras salen solas

salen flojas, salen mal,

pero te escribo lo mismo

todo el tiempo sin parar.

Escribiría algo menos

o quizás escriba más,

nada importa en mi destino

si lo que quiero pensar

no parece positivo

ni parece hacernos mal.

Me quedo pensando a veces

si me voy a caminar,

me preocupan mis varones

que tuve sin trajinar

me preocupan sus mujeres,

pero me preocupa más

los años que se me vienen

que no se pueden parar.

Cada vez estoy más vieja

así es la vida nomás,

para seguir adelante

no podés dejar de hablar,

la vida parece horrible

mientras parece normal,

es mejor no escribir nada

y después apolillar.

Verano caliente

 Me acuerdo cuando el verano

era caliente sin miedo,

no había bosques cercanos

en la ciudad que recuerdo.

Las casas hechas de cal,

de cemento y de ladrillo,

resistían a las llamas

la mayoría del tiempo.

No nos preocupaba el fuego

que si alguien lo empezaba

era fácil apagarlo

sin perturbar los vecinos

que vivían no muy lejos

sin causar un gran incendio.

Y después del incidente

que hubiera quemado algo,

se pintaba la pared

que quedaba toda gris

con cenizas pasajeras

de comida cocinada

demasiado intensamente.

Ahora en este verano

desde acá en Canadá

los fuegos son peligrosos

porque tenemos las plantas

cerca de las casas hechas

con madera y con papel.

La vida de cada día

se aprecia mucho mejor

cuando una es cuidadosa

de lo que va a cocinar.

Acá estoy

 Acá estoy solita y sola

cantando por la ventana

mientras el mundo a mi lado

se aleja por la mañana.

Acá estoy mirando sola

lo que de repente llega

cuando la luna se acuna,

el sol calienta con fuego,

los pájaros lo saludan

sin querer o por quererlo,

mientras las palomas sueñan

alguna oración con celo.

Acá estoy cuando me hamaco

en el vaivén de la vida,

quizás podría cantar

algún tango en compañía

si alguien quisiera escucharlo

contando con mis caricias. 

De carne y hueso

 Pensando para siempre

lo que hago en esta tierra,
no podría caminar,
ni querer, ni enamorarme
si no tuviera mi piel
con mi carne ahí metida,
y no tuviera mis huesos
que siempre se necesitan.
Pensando en vos y tu vida
caminando en esta tierra,
no podría haber llegado
a enamorarme tan fuerte
si no te hubiera encontrado
escuchándote contenta
siguiendo lo que pediste,
amándome desde siempre
mientras me voy acostando
para que mis viejos huesos
junto con mi carne yerma
vayan llegando a la tierra
a la hora de la muerte.
Canciones que voy cantando
desde mi carne y mis huesos
sin ninguna obligación,
solo por placer divino
de haber pasado de pronto
el umbral desde esta tierra
que nos sostiene en el tiempo.
Quizás las hadas podrían
vivir una vida etérea
sin la carne ni los huesos
si la magia las creara
todo amor y nada cuerpo.

    (Participación a un poema fusionado en Poemas del Alma y de Amor)