Los mosquitos, las gaviotas

Los mosqutios, las gaviotas,
La nube que pasa y llora,
Los nenes de los vecinos
Que recién llegan ahora
Hasta la casa cercana,
Hacen un coro espantoso
De gritos inconfortables
Que hacen que siga el tormento
Tal vez por un poco más.
A la hora que el sol baja
Para acostarse de veras,
Junto con la oscuridad
La tranquilidad nos llega.
El lago estará indeciso,
Sus olas medio torcidas,
Los vecinos más lejanos
En el bote se volvieron
A su chalet de verano,
Nada navega a esta hora
Todo está calmo al momento,
Mosquitos vuelan afuera,
Los chicos están adentro,
El crepuscúlo se aquieta,
Mientras que del firmamento
Nos llega la lluvia loca
Con sus rayos y sus truenos
Para arrullarnos el sueño.
En la cabina en que estamos
Aprovechamos el tiempo
Leyendo algún libro bueno
Deshaciéndonos de ritos
En dos semanas gloriosas
Descansando libremente
Sin compromisos sociales
Vividos el año entero.

Si producir poesias

Si al producir poesías
se escribe mucho mejor
cuando tenés una herida
o algún evento de horror,
prefiero la estupidez
de escribir cosas sin gracia
y pasarla de aburrida
sin sufrimiento mayor.

Si vivir en la violencia
o los capítulos tristes
de vidas sin inocencia
te harían más popular,
eligiré sin tapujos
el quedarme sin audiencia
pero sentirme mejor.

Le escribo al cielo, al milagro
de vivir cerca de un lago
mientras que cocino un pollo
en asador alquilado,
que vivir a los porrazos
sin cura y sin liderazgo,
pero con mucho sufrir,
cuando siempre gusta más
poder sentir alegría
sin parar de sonreir.

El pollo

El pollo estaba gordito,
Rosado y prometedor,
El asador lo cocina
Con un poco de limón,
Y lo pone doradito
Para que guste mejor.

Se fueron todos

Se fueron todos,
no quedó uno,
nada,  ninguno
de los que estaban
y no me importa
saber qué hicieron,
cuándo se fueron,
por qué no están
y no volvieron.
Se fueron todos,
grandes y chicos,
feos y sucios,
malos, ladinos,
truchos, dañinos,
que sin parar
nos embromaron
sin darnos paz
los 7 días
de la semana
de la estadía
en la cabina
de Brent del parque
de mi alegría,
picando siempre,
zumbando cerca,
temprano y tarde,
todos los días.
Se fueron todos
grandes y chicos,
tristes y huraños,
pobres mosquitos
de este verano
junto a sus primos
tábanos negros
tan retorcidos.
Se fueron todos
por algún lado,
pero volvieron
cuando bajó
el viento amigo
y el sol se fue
detrás de nubes
amenazantes
que se volvieron
grande y negras
como atorrantes
mientras anuncian
por todos lados
muchas más agua
en un instante.

El sol se puso despacio

El sol se puso despacio
Detrás de la polvareda,
Las nubes en las colinas
Le forman una corona
De flores entre las ramas
De ceibos y madreselvas.

El sol se puso despacio,
Se despidió  por el día,
Se fue a dormir al espacio
Para llegar muy temprano
A devolver las caricias
De su calor sobrehumano
Cuando amanezca otro día.

El sol se puso despacio
En colores colorados,
Rojos, verdes y dorados
Que reverberan en luces
Del prado en la primavera
Y en el medio del verano.

El sol se puso despacio
Con la elegancia de siempre,
Silencioso de vaguezas
Y buscando entre la gente
Un poco más de franqueza
Para contar con la suerte
De evitarnos la tristeza
De alguna guerra y sus muertes.

Cuando pienso en CALA

Cuando pienso en estos versos
Pienso en Anna y pienso en George,
Pienso en Arturo y Roberto,
Pienso en Liliana y Oscar,
Pienso en la Dra. Ana
Allá en la universidad
Y pienso en sus estudiantes
Que ayudan y dan la mano
A esta CALA petulante.
Pienso en Hernando
Y pienso en Grace,
Con sus canastas grandiosas,
Pienso en Viani y en Rolando,
Pienso en Rodolfo y en Carmen,
En Raúl y en Isabel,
También pensaba en su padre
Copiando a Matusalén.
Pienso en Daniela y Nicole,
Angélica y Marisol,
En Paola y la Jornada,
En Fiestas en la ciudad,
Y acá me quedé atascada
Por lo que no pienso más,
O algún dolor de cabeza
Tendré de tanto pensar.

El cielo estaba nublado

El cielo estaba nublado,
La luna estaba escondida,
Las hormigas se dormían
En sus hormigueros negros,
Los sapos cantaban todos
Sus cantos de enamorados,
Y yo te extrañaba mucho
Mientras pensaba a tu lado.
Las nubes blancas y grises
Se paseaban por el cielo,
Patos dormían felices
A la orilla del pantano,
La noche estaba tranquila
Dejándonos descansar
Reponiendo la energía
Que venimos a buscar
Cuando enfilamos contentos
Lo más lejano posible
Del ruido de la ciudad.
Los libros que yo leía
Para poder relajar
Los entuertos cotidianos
Que tenés al trabajar,
Tenían historias viejas
De las luchas intestinas
Escondidas en deshechos
Enterrados en el suelo
Donde pisamos ahora.
Toda una vida encontrada
En relatos de viajeros
Que buscaban ver acá
Cosas que ya imaginaban
Cuando venían de lejos.
Mirando el cielo de noche
Desde el fondo de la cama
Se podría adivinar
La presencia indiscutida
De la luna y las estrellas
Que dormían sobre nubes
Que no dejaban pasar
Los rallos de la luz blanca
Que emanaban desde ellas,
Mientras a nadie le importa
Lo que pasó hace tanto tiempo
En este mismo lugar.