Palabras huecas

No sé si las conozco,
Las veo, las presiento,
Proponen la hermosura
De vivir como el viento,
El rayo con los truenos,
En ruidos de tormentas
Que corren por mis venas
Despacio en la locura
De cosas que revientan
Y pasan por mi vida
Sin causa y sin destino.

Palabras ahuecadas
Que casi nunca atino
A ponerles sentido
Saliendo de mi boca,
Mi pluma, mi equilibrio,
Sabiendo que si escribo
Historias reviradas
Que encuentro en mi camino,
Aunque no digan nada
De lo que está pasando,
Me dan un gran alivio.

Se va el tiempo

Quisiera sentir el tiempo

Mientras lo veo volar,

Me preocupan mis arrugas

Pero este tiempo apurado

Me preocupa mucho más,

Muchas veces me pregunto

Qué cosas tengo que hacer

Para poderlo frenar.

Unos dicen largá todo

Dedicáte a descansar,

No te sientas obligada,

Pero es muy fácil hablar

Si no sabés lo que pasa

Por dentro de mi cabeza

Si necesita pensar

En ponerse a trabajar.

Dónde estaría mi tiempo

Que se escurre como el agua

Entre mis dedos sedientos

Que quieren retenerlo,

Mientras que duermo algún sueño

Sin poder organizar

Las muchas cosas planeadas

Todo el día, sin parar.

Oda al wifi

Computadoras gloriosas
Que te conectan la vida,
Las cosas que son heridas,
Las que te dan la comida,
La esperanza, la alegría,
La gente que pasa y llora,
La que se queda y transita,
Las que son indiferentes,
Las que son entrometidas,
En horas que van volando
Mientras mi vida se achica,
Se vuela hasta la querida
Presencia de hijos crecidos
Que viven en otro lado,
Los amigos de Argentina,
Mi hermana que está allá en Roma,
Todos en la red tranquila
Por el mundo grande y flojo
Que nos llega cada día,
Cada hora, cada instante,
Bombardeando con noticias
Cada minuto sin pausa
Gracias a computadoras
Que te escuchan, te contestan,
Te transmiten las verdades,
O falsedades torcidas
Detrás de alguna mentira,
Los cariños que te esperan
Al volver de una partida
Donde encontrás el wifi
Volando en algún rincón
En las venas de tu vida.

Una luz a lo lejos

Una luz a lo lejos
se ve en la distancia,
se esfuma sobre mis ojos
que se van poniendo viejos
mientras mi vista se cansa.

La luz que veo a lo lejos
me ayuda a encontrar un foco,
una meta, una escapada,
y me pone un poco triste
mientras creo que me gusta
el pensar que en esa luz
veo mi vida alargada
preguntando cada tanto
cuándo es que la luz se apaga.

Muchas veces en la espera
de contar mis alegrías
de juventud y de causas
que recuerdo todavía,
si me van interesando
al empezar cada día,
mientras mi cuerpo
se encorva, se desarma,
y desparrama
en la niebla gris y blanca
de lo poco que me falta
para dejar esta tierra
que llega a sentirse yerma
cuando tanta gente aguanta.

Anoche

Anoche soñé con vos,
Con tu voz, con tu mirada,
Tu sonrisa apasionada,
Tu cuerpo tierno y redondo,
Tus besos y tus caricias,
Tus desplantes, tus malicias,
Tus destellos de galán,
Tus cosas que nunca se hablan
Tus secretos, tus consejos,
Tus ideas de la vida
Cuando vas a divertirte
Que quisiera que compartas
Pero que nunca dejás
Aunque pudiera existir.

Anoche soñé despierta
Sintiendo el aire silbar
Entre las plantas dormidas
En el jardín de la casa
Pasando las horas largas
Lánguidamente al sufrir,
Sin verte, sin escucharte,
Sin pensar en mi pasión,
Buscando tus manos fuertes,
Que me ayudan a vivir.

Anoche soñé llorando,
Sin hablar y sin reir
Y me pregunté mil veces
Qué sentido es que le encuentro
Sintiéndome triste y sola
En este amor que te di.
Soñar con ojos abiertos
Por el camino anhelado
Que paseo en la mañana
Cuando no estás a mi lado.

Mañana, mañana mismo

Mañana, mañana mismo
me pongo a contar ovejas,
me inscribo en algún registro,
me consigo una licencia,
me voy a pasear a China,
a Tailandia y al Japón,
me guardo en el pasaporte
el boleto del avión,
buscando la ventanilla
para mirar el paisaje
donde vamos a llegar
después de dar muchas vueltas
y poder aterrizar.

Mañana desde temprano
me pondré bastante crema
para arreglarme la cara,
para sentirme mejor,
sin pensar en estos huesos
que van llevando despacio
mi cuerpo todo torcido
por las montañas y llanos,
los mares, las cordilleras,
las ruinas del altiplano,
las ciudades sin laderas,
los puertos con las banderas,
las tragedias, las carreras,
sin parar por un momento.

Firuletes coloridos
con zambas comprometidas,
la alegría de la salsa,
con milongas y comparsas,
fantasía contagiosa
de sentirme realizada
aunque deje los jirones
de la piel en las estacas
con los pinches en las púas
de los alambres que atacan.