Senderos

Senderos de piedra blanca
que me llevan a un lugar
de cosas desconocidas,
de alegría, de comidas,
de canciones escondidas,
de palabras emotivas
que buscan poner sentido
a cosas que van pasando
mientras que sueño tranquila
sentada en el sillón nuevo
donde me quedo dormida
esperando que me llegue
la felicidad prendida
de mirar cine amoroso
con historias florecidas
que me recuerdan el tiempo
cuando vivía escondida
buscando en televisión
poner sentido a mi vida.

Navidad

La Navidad está cerca
la siento en los huesos,
el pelo, la cara,
la veo en el cielo,
la nieve, la zanja,
la veo de lejos,
de cerca y de nada.
La veo en los pinos,
el pasto, el terreno
que junta los pocos
granitos de nieve
que caen despacio
sin tino ni gracia.
La veo en tus ojos
que miran tranquilos,
mirada de águila
que vuela despacio
buscando la presa
que encuentra asustada.
La calle está blanca,
anuncia la fiesta,
regalos de amigos
que nunca me faltan,
y entre la familia,
la patria lejana,
los hermanos sueltos
y un coro de hadas,
la Navidad llega
sin prisa y sin pausa.

Vida dormida

Vivo dormida, sueño despierta,
camino sola, camino tuerta,
camino largo que se enroscara
delante mío cada mañana.
Cosas del día, de la borrasca,
del pecho hundido en la nostalgia
de los paisajes que me gustaban.

Dormir la vida, soñar sin freno,
cantar al día, al sol, al trueno,
al campo solo, blanco de nuevo,
lleno de angustias y desenfreno.
Duermo despierta sin acostarme,
el tiempo pasa sin apurarse,
la noche llega sin que la llame.

Baladas

Baladas disparatadas
Al amor, a la palabra,
Al dolor, al abrelatas,
Al cariño que te daba,
Al peso de las mañanas
Cantando bajo la lluvia
Desnuda y sin pensar nada.

Baladas del tiempo antiguo
Cuando creía en las hadas
Bañadas de espuma blanca
Que preparaban su magia
Debajo alguna palmera
Que se mecía en la brisa
Llegando desde la playa.

Baladas que me recuerdan
Mi juventud, mi alegría,
Mi vida sin esperanzas,
Mis ilusiones perdidas,
Mis tristezas encontradas,
Mis pasiones inocentes
Mientras nadie me miraba.

Cabeza vacía

Mi cabeza está vacía,
allá arriba desde el cielo
los gansos pasan volando,
van buscando la comida
gritando desesperados
anunciando su pasada
mientras me miro las manos
que no atienen a crear
poemas que me entretengan
volcando un amor amargo
entre renglones en blanco
que relleno por milagro.

Mi cabeza tiene mucho
de palabras sin sentido
que se apilan en mi frente
antes de hacerlas jugar
y escribirlas alineadas
para poder concretar
la ilusión de poner juntos
sonidos efervecentes
que me permitan soñar
para poder componer
versos que pongan sentido
a la hora del querer.

Canciones terribles

Canciones terribles
que salen del pecho,
del alma, del suelo,
del cuero sediento,
del cuerpo torcido
que busca sin tino
palabras de aliento
y en cambio consigue
solo sufrimiento.

Canciones que corren
sin parar siquiera
un solo momento,
nadie las consigue,
nadie las encuentra,
solo está el murmullo
de voces sangrientas
que producen miedo
de rayo y tormenta.

Canciones que escribo
con odio y con rabia,
con broncas dormidas
que no traen nada,
recordando el día
que te conocí,
perdiendo en mi alma
horas vagabundas
guardadas por ti.

La nieve

La nieve, siempre la nieve
que nos anuncia el invierno
bajando mientras se hamaca
para llegar hasta el suelo,
que envuelve gente y paciencia
mientras gorriones que vuelan
buscan bichos escondidos
delante de mi ventana
entre las ramas del pino
que vemos desde la casa,
mostrando pasto y objetos
cubiertos de nieve blanca.

Silencio se hace en la nieve,
no se escucha cuando cae,
solo baja en el paisaje
dejando su manto enorme
como una nube gigante
que cubre tan delicada
el suelo lleno de hojas
que el otoño nos dejara
en su pasar importante,
mientras acaricia fría
la cara llena de arrugas
de la piel del caminante.

Tus manos

Tus manos suaves y fuertes
dejan en cada pedazo
de mi vida y de mi piel
huellas que nunca se borran,
que vuelven al recordar
los momentos que he pasado
a tu lado en el jugar
con cosas de nuestras vidas
caminando entrelazadas
al ritmo del respirar
de los dragones de fuego
que duermen en el lugar.

Tus manos siempre callosas
rojas de trabajo y gozo,
van disfrutando la vida
aunque me hagan llorar,
los dedos nunca te duelen
si corren hasta el altar
sin que nos vuelva el aliento
entre las nubes del cielo
y el verde azul de la mar,
con brujas que van volando
cuando la luna despierta
sus escobas de azafrán.

Pensamientos retorcidos

Pensamientos retorcidos
que se me ocurren de pronto,
que no sirven para rima,
ni me gustan para nada,
pero que escondo en mi pecho
como alegría encontrada
que le reservo a unos pocos
cuando me encuentro atorada
de tantos caminos sueltos
que recorro en la mañana.

Pensamientos retorcidos
de pan con dulce y salame,
que se escurren en mi vida
como compañía vaga
que va buscando en la tierra
cosas que se ven de lejos
en cataratas de sueños
que se cuelan en nostalgias
de la pampa y los amigos
que se vuelven a la patria.

Vacío

Vacío siempre anhelante
que me persigue de noche,
recortándose en mis huesos,
en mi carne, en mi sonrisa,
en mis manos de señora
que buscan paz en la brisa
de un árbol que va dejando
sus hojas como camisa
que lo desnudan de pronto
mientras hielan mi sonrisa
en el frío del invierno
que me llega desde siempre
cuando el otoño me avisa
que negras quedan las plantas
que pierden lo que vestían
hace poco en el verano
lleno de verde y de risas.
Vacío que me da miedo,
me estruja, me besa triste,
me hiela el alma atorada,
me deja sola y marchita,
y me anuncia que el mañana
no está tan lejos delante
del tren que pasa en la tarde
para anunciar que la muerte
se esconde en algún rincón
sin mirar de donde viene.

Tus ojos (nuevo)

Tus ojos siempre curiosos
me persiguen donde voy,
me desvisten, me desvelan,
me dicen lo que escondés,
lo que pensás del futuro,
lo que pensás para adentro,
lo que querés desde afuera,
lo que seguirás buscando
hasta el día que me muera,
todo el tiempo hasta que llueva,
y me gritás desde ellos
tus pasiones, tus anhelos,
tus deseos más ocultos,
tus pensamientos fuleros,
tus alegrías sonrientes,
tu esperanza compañera
de los caprichos de ahora,
los que ayer nunca llegaron,
los que vendrán otro día,
recostándose en la tarde,
otra noche hasta la comienzo
de alguna aurora atrevida,
entre cariños dormidos
y miradas relajadas
de tus ojos deslumbrantes.

Pampa mía

Pampa mía de mi vida,

De mi amor, mis esperanzas,

Que busco corriendo sola

Con anhelos turbulentos,

De paseos por trigales,

Por prados que no terminan,

Con centenas de animales,

Que comen el pasto fresco

Siempre mirando adelante.

Pampa mía tan querida,

Tan alejada y distante

Que recorro en mi cabeza

Mientras me miro al espejo,

Me peino sin olvidarme

Que en unos días te veo

Y que volveré a abrazarte

Aunque el peligro de muerte

Se aparezca en cada instante.

Muchas cosas que me digo

Son para no olvidarte,

Para encontrarte escondida

En cada espiga de trigo,

De cebada, de centeno,

Para comernos la cena

En algún restaurante bueno,

O en los paseos que haremos

A casa de los amigos.

Pilas (para la coordinadora Diana)

Pilas de papel en blanco
me esperan sin esperanzas,
siempre la falta de tiempo
deja que muera en la mano
el deseo de usar hojas
para escribir mis poemas.
Me acuerdo de la señora
que nos ayudó de guapa
a organizar para CALA
el grupo de los mayores
que venían a escucharla
para practicar inglés
y ayudar los estudiantes
a pronunciar nuestros verbos
con orgullo y alegría.
Diana vino todo el tiempo
sin falta y sin preocuparse
de sus perros que dejaba
por traer en su mochila
un montón de pensamientos
si coordinación hacía
del grupo de gente grande
con un montón de estudiantes
que el español aprendía.
Nos trajo temas jugosos
para discutir de día
y seguimos escuchando
sus consejos y su guía
al través de reuniones
mientras que nos preguntaba
cómo poder conseguir
el ser feliz en la vida.

Coches

Coches que me pasan
por rutas de campo,
de ciudad, de prados,
de valles y puentes
llevándome adentro
mientras los manejo
para ahorrarme tiempo.
Coches que corriendo
me ayudan la vida
en viajes amables
sin pausa y sin prisa,
con sol o con lluvia,
con nieve o tormenta,
con vientos o truenos
con frío o calor,
relámpago y niebla.
Miles de piruetas
haciendo los autos
caminos de asfalto
que nunca terminan
de día o de noche,
kilómetros largos
que curan heridas.
Amor sin pesares
buscando en el aire
alguna esperanza
que me dé alegría.
Mando muchos besos
en cada leída
de estos versos locos
que nunca terminan.

Empujada

Empujada sobre el borde
de una vida abandonada
recurro a alguna canción
que no sirve para nada.
Empujada e inmolada
sin pensar, sin tener patria,
la vida se hace emoción
se hace escuela, se hace nostalgia.
Pedazos llenos de tiempo
que se reducen al cuento
de las cosas que me pasan.
El destino se detiene,
te recuerda, me entretiene,
se lleva cosas ajenas,
encuentra cosas queridas
y busca sin querer más
que pensar en vos con miedo
que te olvides de mi amor,
de mi estrella, de mi cuerpo
porque me estoy desarmando
enredada contra el viento
que silba cosas obscenas
desde el fondo de un momento
que me rescatan del peso
de mi vida abandonada.

Me imagino

Me imagino que de pronto
mi alma se cae al suelo,
la levanto despacito
para guardarla sin miedo,
pero cuidando la forma
que uso dentro de mi cuerpo,
para que pedazos sueltos
vuelvan a ponerse juntos
sin que tiemblen en el frío
debajo de la hermosura
de dormirse sin molestia
con las cosas que no siento.
Me imagino que algo crece,
algo se muere y no vuelve,
otros dan plantas con flores,
otros salen de paseo
y algunos se quedan quietos
mirando sin hacer ruido
como el que vuela hasta el cielo
en busca de algún planeta.
Besitos apasionados
que encontraba en la mañana,
cuando el calor de tu cuerpo
sin pensarlo me gustaba,
revolviéndome en la cama
con abrazos que te daba,
mientras el reloj sonaba,
y había que levantarse
a las 6 de la mañana,
porque la olla caliente
esperaba en la cocina
el vapor que hacía el agua
preparando algún puchero
para levantarse al alba.

Pasto y sopa

Pasto y sopa de regalo,
mis zapatillas lo dicen
poco a poco, muy despacio,
me estoy convirtiendo en pasto
sin que ni yo me dé cuenta
de lo que cuesta cortarlo.
Sopa y pasto sin lamentos,
con alegría y espanto,
con el camino pesado
de empujar por todo el día
la cortadora de pasto
en subidas y bajadas
bajo la sombra de un árbol
o bajo un sol tan caliente
que puede freír los sesos
en el medio del verano.
¿Será la sopa tan verde
que en algún momento ufano
ella se convertirá sin miedo
en otro montón de pasto?
Mientras tanto mi comida
espera que yo cocine
para preparar un plato
sin que me ocupe del pasto
que crece por todos lados.
Alguna vez en la vida
me dejaré de cortarlo,
no solo porque hará frío
cuando termine el verano,
sino también porque un día
lo haré crecer sobre mí
escondida entre la tierra
donde me pise el ganado,
y llevaré entre mis huesos
que se deshacen en vano
el recuerdo de ese tiempo
cuando te hacía el amor
sobre el verdor de algún prado.

En el RobertQ

Me voy hacia el aeropuerto
viajando en el RobertQ
la ruta va muy despacio
de tráfico sin parar,
estamos cerca del pueblo
de los jardines botánicos.
El verde del prado afuera
me quiere poner contenta
pero miro mi reloj
preocupada por la vuelta,
nos falta toda una hora
con kilómetros de ruta
que nos hará llegar tarde
si habría alguna clausura.
En el viaje en esta ruta
todo parece atrasado,
el avión no va a esperar
a que llegue donde debo
para empezar ese vuelo
porque queda demorado.
Nadie se puede pensar
que no despega del suelo
por alguna cosa rara
que lo haga retrasar
para remontarme al cielo.
Acá va el trecientos doce
de una salida en la ruta
viendo al lado la meseta
donde los pinos que crecen
se amontonan suavemente
para llenarse de nidos
mientras la nieve no llega.
Faltan 40 kilómetros
para llegar hasta el Pearson
con 10 minutos de viaje
no creo que pueda ver
si es que llegaré seguro
a tiempo para el check up
para dejar mi equipaje.

Tenía alguna poesía

Tenía alguna poesía
en la punta de la lengua,
de pronto se aparecía
pero no estaba contenta.

Se escondía y me porfiaba
mientras me iba a viajar
buscándome todo el día
si decidía estudiar.

Palabras casi parecen
que van a salir muy bien,
pero se atrancan de pronto
y no salen de la piel.

Tenía alguna poesía
que me podría inspirar
sin que llorara siquiera
si no la pude encontrar.

Tenía alguna poesía
con los verbos alineados,
las cosas que producía
se revolvían con asco.

Tenía alguna poesía
que no quiere más nacer
si se acurruca a mi lado
solo para enternecer.

Reciclar

Reciclado de canciones
Que tienen piel de banana,
Reciclado de emociones
Que nadie quiere escuchar
Que te llegan en la tarde,
Cubiertas de inspiraciones
Que se esfuman de repente
Sin que las logre agarrar,
Recostada en la poltrona
Con amigos y enemigos
Que con vos no dormirán.
Reciclado de poesías,
De lamentos, de alegrías,
Sin que le encuentre una excusa
A protestas sin sentido,
De pantomimas burlescas,
De reposos, de burbujas,
De payasos que se ríen
Aunque te hagan llorar.
Reciclado de canciones
Que te acompañan viajando
Mientras mirás de costado,
Por delante y por atrás
El tránsito enloquecido
Que nunca te hace llegar,
Pero no te da permiso
Para ponerte a escribir
Si manejás sin pensarlo
Mientras la musa te inspira
Aunque no puedas dejar
De aferrarte a tu volante
Para evitar de chocar.

Perdí

Perdí mi cuaderno
Y no encuentro nada,
Se lo llevó el viento
O tal vez la rana.
Lo perdí hace poco
Jugando a la mancha
O quizás lo vea
Debajo la cama.
Todo mi cuaderno
Lleno de escrituras
Que hago de noche,
De día, de tarde,
Muchas veces solo
Dentro la cabeza,
Cuando manejando
El auto tranquila
Se me ocurren cosas
Por la carretera.
Otras veces lloro
Si el tiempo me deja
Porque la llorada
Me deja perpleja
Aunque la pavada
De escribir en rima
Diga disparates
Que nadie adivina.
Versos para chicos
Que escribe una abuela
Jugando con nietos
Bailando algún tango
Que nadie respeta.

Una mujer natural

Una mujer natural

Se pasea por la vida

Empezando muy temprano

Rodeada de sus abuelos

En la familia querida.

Más adelante se fija

Cómo saber manejar

Adentro de la ciudad

Subida a una motoneta
Con mucha dificultad.

Entre el comienzo y el fin

De tantos años pasados

Muchas cosas sucedieron,
Hasta cambiar de país

Casi sin que se dé cuenta,

Porque la vida no espera
A que planees correcta

Dentro la naturaleza

De sentirte acompañada

Entre amigos y vecinos,

Compañeros de trabajo
Que hacen sus preguntas sueltas,
Señoras gordas tejiendo

Algún echarpe precioso

Para cubrirse del frío,

La pareja inigualable

Que te deparó el destino
Cuando pensabas casarte

Y el buscar reconciliarte

Con todos tus enemigos.

Más frustraciones... y van...

Frustraciones de las cosas

Que me pasan por la tarde,

Que recuerdo a la salida

Del camino que se enrosca

Debajo de alguna casa

Que conozco desde siempre

Y que atormentan mis nervios

Cuando quiero estar dormida.

Frustraciones que no miro,

No discuto, no trajino,

Se aparecen de repente

Y me pegan en la cara,

Me despiertan en la noche

Mientras duermo acongojada

Revolviéndome sin pausa,

Agarrándome a la almohada.

Frustraciones con vecinos

Cortando el pasto que crece,

Con chicos que van corriendo

Jugando con la rayuela,

Con perros que  ladran fuerte,

Mientras me acuesto en el suelo

A mirar a las hormigas

Que están llevando mi almuerzo.

Frustraciones con la radio

Que se escucha desde lejos,

La que pasa algún bolero

Con palabras que no entiendo

Cuando la música suave

Me perturba el pensamiento,

Mientras escribís sin pausa

Aunque entiendas mis tormentos.

Cansada (Número 2)

Cansada, siempre esperando

En la puerta de tu casa

Miro las cosas que hago,

Las que pienso y que se olvidan,

Las que me acuerdo llorando,

Las que escribo repetidas

En chorreras de palabras

Que producen alegría o

Que producen heridas

Repitiéndolas cansada

Con aburrimiento pobre

Que las hace irracionales

En un mundo enloquecido

Por experiencias dormidas

Que me despiertan sin causa,

Sin versos ni prosa antigua.

El corazón en la mano

Como lo tuve otras veces,

El obelisco acá al lado,

Un pie en el avión prendido

Sin poder evitar irme,

Aunque desgarre mi vida

Llevándome otra vez lejos,

De  mis parientes y amigos.

Un montón de sensaciones

Que no sé si organizarlas

En la lógica encendida

De la plata entrometida

Que hace falta cada día,

Me llegan por todos lados

En condición familiar

A la triste despedida.

Dibujos

Dibujos de chicos
que crecen dichosos
y viven la vida
sin pena ni abrojos.

Dibujos de patos
piloteando aviones,
de pollos redondos
manejando locos
algún submarino
que se hace velero
y después de un rato
se transforma entero
y se hace trineo
tirado por renos
que tienen por guia
a Rodolfo el bueno.

Dibujos enteros
sin nigún color,
solo un lapicero
llevando sonriente
a Papá Noel
con juguetes nuevos
que quiere dejar
por la chimenea
de cada casita
que encuentra en la tierra.

Feliz Navidad,
feliz año nuevo
y felicidad
para el mundo entero.

Fantasías de grandeza

Fantasías de grandeza

Que no sé cómo me llegan

Llenándome la cabeza

De ilusiones millonarias

Que me destruyen la vida

Pensando en cosas extrañas.

Vagamente se dibujan

Dentro de un destino loco,

Cosas que solo adivino

Mientras me esfuerzo soñando

Un montón de primaveras

Con simpatías de antaño

En el trigo y en la avena

Que aparecen en el caño

De alguna escopeta nueva.

Milagros que corren

Dentro de mis venas

Sin mira ni halago,

Sin cara ni pena.

Milagros de miles

De amigos lejanos

Que busco en la noche

Solamente en vano.

Milagros de veranos

Sobre el pasto de mi casa

Que busca entre su tersura

Una flor maravillosa

Que lo saque del verdor

Que lo adorna casi siempre

Haciéndolo interesante

Con margaritas silvestres,

Clavelinas azuladas

Y campanillas celestes.

Las tormentas

Las tormentas y tormentos
de juego de palabras,
los tesoros escondidos
que encuentro bajo la cama,
las rosas tan primorosas
y tus mensajes hermosos
que quizás mandes mañana,
me ponen más que contenta
aunque no busque el camino
de tu corazón de hielo
que contempla mi destino.
Nunca se sabe en la vida
qué llegaría más tarde,
la que se esconde atrevida,
lo que me busco en un viaje,
lo que esperás en un vuelo,
un abrazo, algún te quiero,
en el salir a la calle
mirando si estás ahí
rodeada de tanta gente
que pasa sin esperarme,
mientras no veo adelante
la razón para una meta,
o pensar en la esperanza
que te guste mi presencia,
mientras toda la alegría
que recuerdo con mi pluma
me va trayendo sin tregua
la pesadez de la ausencia
que se abriga entre la bruma
de aquel paisaje que existe
después de viajar por leguas.

Se fue

Se fue, se fue el tiempo,
Se fue sin parar,
Sin dejar vestigios,
Ni buscar la paz.
Se fue, se fue lejos,
No lo encuentro más,
Lo busco en mis manos,
Mi cara, mis pies,
Pero no lo encuentro
Donde estaba ayer,
No puedo alcanzarlo,
Se va siempre más,
No ve ni me mira
Ni quiere escuchar...
Esperáme digo,
Quiero cocinar,
Quiero ver el mundo,
Esperáme acá,
Pero ni se vuelve
Ni mira hacia atrás,
Va solo adelante,
No espera jamás
Mientras van rodando
Pedazos de piedras
Dentro de la mar
Donde yo me hundo
En la arena suave
Que come mujeres
Que quieren soñar.

Qué sería

Qué sería si tuviera
entre mis manos huesudas
un caramelo de miel
que me produzca la seda
de mejorar la garganta,
dejando de estornudar
sin que me duela la muela.

Qué sería si tuviera
papeles con mariposas,
orgamis con cigüeñas
cantando paz en la tierra
y viendo lo que se encuentra
cuando se alcanza la idea
de estar soñando despierta.

Qué sería si te viera
entre copos de algodón
con mi kimono celeste
brilloso de tanta seda
en ropa que siempre queda
y te pudiera abrazar
aunque sea desde lejos
solamente en mi cabeza.

Qué sería si mañana
volvemos en un avión
mirando si descansar
la luz que apunta el andar
hasta la fin de la tierra
como Colón la buscaba
cuando salió en su camino
para encontrar las especias.

Lenguas

Lenguas muy extrañas
escucho de pronto,
el ómnibus vuela
por la ruta ancha.
Las luces que bailan
delante los ojos
del chofer ufano
de pronto se alargan,
mientras en su nido
algún pajarito
durmiendo tranquilo
quizás se despierte
al ruido mundano
de la carretera
tan ebulleciente
entre camioneros
con cargas diversas,
coches con familias
que vuelven de un picnic,
taxis que trajinan
buscando clientes,
y algún empleado
que piensa en su vida,
tienen una meta
que creen cumplida
con mucha eficiencia,
yéndose apurados
para una dormida.

Luces de Japón

Luces de Japón
con  pelo en la cara,
voces que se van
hablando una lengua
que suena muy rara.
Puentes y paredes,
en cada costado,
rutas que permiten
llevar gente a casa
en autos ligeros
sin ruido y sin pausa.
La noche es oscura,
la gente que habla
cuenta de la historia
del té color verde
que puede tomarse
o hacerse comida,
mientras que la Jackie
se mueve en su silla
toda dolorida.
Miles de las luces
de color tan rojo
se enriedan al paso
de frenos que paran.
Cientos de camiones,
ómnibus y autos
están en el tráfico
que va tan despacio,
mientras se resignan
al paso cansino,
buscando en la meta
poder descansar
en la propia casa,
para prepararse
al trabajo duro
que vuelve mañana
dentro del destino
de seguir la vida
que nunca se acaba,
persiguiendo siempre
el reproducirse
con deber y amor
al sueño infinito
de sobrevivencia
criando a los hijos
con patria y hogar.

Acá

Acá se perdió
Toda la inocencia,
Que se fue muy lejos
Sin dejar la huella
De gente rendida
Saliendo cobarde
En cada movida.
Torturas a vidas
Quebradas temprano
Por la mano hartera
Que nos separó
De la casa hermosa
Que dejé allá atrás
En Santos Lugares
Con vecinos buenos
Que nunca jamás
Volveré a encontrar.
Hogar argentino
Que quedó muy lejos,
Tristezas tan mías
Color de azucena,
Que ya no visito
Aunque vaya cerca,
Y no veo más
Aunque lo quisiera.
El tiempo que pasa
Se lleva las penas
Y nos acribilla
Entre las orejas,
El seso, la carne,
Los ojos, la sangre,
La vida tan nueva,
Tan rica, tan fresca
Que ahora se arrastra
Sin rumbo ni meta,
Porque  no encontró
Momento oportuno
A desenvolver
Posibilidades
De cosas factibles
Con sueños alegres
Que se desarmaron
Sin prisa y sin pausa
Delante mis ojos.
Los días y noches
Buscando cansada
Las voces perdidas
En el torbellino
De horas sin calma
Llorando amargada
Lo que pudo ser
Y nunca fue nada.
             

Desesperación

Desesperación
De días que pasan
Y no vuelven más.
Se van todos lejos
Y no los encuentro
Acá cerca mío,
Solo se me van
Sin dejar vestigio
Sobre algún caballo
De larga melena
Que corre asustado
Persiguiendo estrellas
Mirando al futuro
Que se le entrevera
Mientras por la playa
Sus cascos bordean
El agua salada
Que las olas dejan
Sobre arena de oro
Que corre en el peso
De la vida loca
Que me trae besos
Desde la lozana
Mirada amigable
Que me vé de lejos
Como que me abraza,
Mientras que me llama
Hasta que me alcanza
Con la voz tranquila
Que tanto escuchara
Trayendo en nostalgias
Las horas pasadas.

La pared marrón

La pared marrón,
mi voz está ronca,
los trenes pasando
me llevan soñando
hacia el horizonte
de un mundo de estrellas
que buscan tu cuerpo
de algodón y acero,
de piel y de seda.
Este es el Japón
tan lejos y extraño
donde vos no estás
y no sé muy bien
si volver a verte
está en lo planeado.
Relatos de historias
que vienen del viento
y me traen suave
entre los recuerdos
el tiempo ideal
que tengo en mi mente
cuando te seguía
con mis ojos llenos
de vos solamente
con lágrimas tristes
que se delizaban
sobre mis mejillas
sin saber por qué
ni tener noticias,
pensando otra vez
si es que volvería
a adorarte dentro
de toda mi vida.

Razonando

Razonando los disgustos,
las alegrías pasadas,
las que pronto llegarían
sorprendiendo en el mañana,
las personas que yo llamo,
las que encuentro sin buscarlas
entre dibujos de espuma,
los bambúes que se mesen
en el jardín japonés
con el agua cantarina
cascadeando sobre piedras
reflejando luz divina
con música de guitarras
y pianos cantando suave
el ritmo de un pasodoble
desgranando en mis oídos.

Momentos que me recuerdan
cuando estaba entre tus brazos
y temblaba enamorada,
mientra yo me deshacía
en tus manos anheladas.

Razonando mis poesías,
mis saltos y mis caídas,
tus besos que tanto extraño
y tus ojos embrujantes,
es que te espero de veras
contando cada minuto
dentro de todos estos días
mirando para adelante
para volver a encontrarte
con ansiedad de poetisa
cuando vea la vereda
que me permita llegar
hasta el jardín de tu vida.

Me quedé callada

Me quedé callada por cuarto semanas,
nada se escuchaba, porque  nadie hablaba,
mi sonrisa helada mostraba mis dientes
blancuzcos y fuertes, comiendo sin asco
pilas de bananas y carnes asadas,
mientras que la gente pasaba a mi lado
en la  primavera que ha tardado tanto
buscando en la feria la nueva lechuga,
espárragos flacos y rábanos blancos,
sin que me pregunten dónde están los versos
que escribo sin miedo de ofender a nadie
pero que no pude encontrar la musa
porque el tiempo amigo se me fue volando.

Me quedé callada pensando en mi gente,
la que lee esto buscando una chispa
de alguna palabra que siempre les mando,
pero no pasaba dentro mi cabeza
un poco aturdida de tantos amagos,
que estuvo ignorando sentarse a la mesa
a escribir poesías que adornan mi canto,
mis horas de sueño, mi cuerpo cansado,
cuágulos de sangre doliendo en mi pierna,
resfrío espantoso que me duró tanto,
y el olvido amargo de volverme vieja,
todo se hizo excusa pero desde ahora
me alegro volver a escribirles algo.

Me arrastro

Me arrastro por el suelo,
me quedan muchas horas
en este vuelo eterno
que encuentro entre las olas.

El sol que está durmiendo
me trae tu sonrisa
y se la lleva lejos
sin miedo y sin malicia.

Palabras que te acercan
al lado de mi vida,
no suenan como quiero
ni van entre comillas.

Te busco sin la luna,
sus rayos, sus antojos,
porque cuando te escribo
me alejo poco a poco.

Te quiero con el alma

Te quiero con el alma,
con mis venas, mi antojo,
te busco mientras duermo,
mientras me alejo a lo loco.
Te busco entre mis manos
vacías sin tu cuerpo,
te busco y no te encuentro,
te sueño y me maldigo
por no estar a tu lado
buscándote sin miedo.
En cambio estoy viajando
viviendo en la locura
de millas que recorro
sin meta en mi destino,
en horas que no ahorro
de ventilar al cielo
la luz en mi camino
en historias paganas
que cubren con ternura
debilidades del tiempo.
Te busco y me distraigo
con cosas pasajeras,
las luces de la noche
que atraen como estrellas,
la brisa, la mañana,
y amigos que me faltan
al despertar tan lejos.
Te busco entre las piedras,
las plantas, las montañas,
la niebla del paisaje,
que cubre la distancia.
Te busco sin buscarte,
me alejo tan lejana,
que duele mi alma negra
llorando cada tanto
en la lluvia sin freno
preguntando sin asco
por qué elijo esta vida
y no me quedo en casa
durmiendo tan tranquila.

Familias americanas

Familias americanas
que encuentro cuando viajamos,
con chicos revoloteando,
aburridos y soñando
algún destino ignorado
que se revuelve apurado
alrededor de una idea,
una empresa, algún milagro.

Familias americanas,
abrumantes y lejanas,
que zumban alrededor
con energía infinita,
sin límites, sin lamentos,
con la educación fruncida
de cristianos inspirados
con esperanzas de paz,

mientras la gente se ufana
a transitar por la vida
yo registro puntería
escribiendo versos sueltos
que amontono con mi pluma,
entre el ruido de unos gritos
que desbordan de alegría
y el llorar de una emoción.

Palabras desesperadas

Palabras desesperadas
que te escribo en la mañana
y que leo de repente
si me siento en la ventana
buscando ondas de sueños
que se acumulan ufanas
dentro de mi corazón
que palpita con la fuerza
de momentos de energía
que producen la belleza
de conseguirme temprano
el beso de la tristeza
cuando te digo mi adiós
en el medio de la selva.

Palabras llenas de miedos,
con intrigas palaciegas
que me despiertan de pronto
en el medio de mi casa y
me recuerdan la vida
llena de cosas extrañas
que me pasan cada tanto
aunque no me digan nada
desde el tiempo de vivencias
en los prados moribundos
que esperan disparatados
el beso de primavera
que los despierte del frío
que los mantuvo dormidos
por todo el invierno helado.

Palabras con esperanzas
de esas mañanas soleadas
que trae el cambio de tiempo
cuando la luz te despierta
muy temprano en la mañana
y te dice que la vida
vuelve otra vez a la calma
de días creciendo alegres
cantando alguna canción
con voz atorciopelada
que te acaricia encantada
tus esperanzas dormidas
buscando palabras sueltas
en cada día que pasa.

Los abrazos

Los abrazos que recibo
entre amigos de la infancia,
parientes que no conozco
porque envejecen sin miedo
y multitud de cariños
que crecen bajo mi abrigo,
forman los ramos de flores
que reciben mis suspiros,
mis anhelos con  mis ansias,
mis destrozos del camino,
mis sueños sin esperanza,
las estrellas que me guían
en  las noches desveladas
y obligaciones sin pausa
que se llevan mis quejidos
en zapatillas gastadas.
Es el volver a la patria,
donde viví mucho tiempo,
donde me encuentro
sin trabas,
me realizo, me desplazo
sin necesidad de mapa,
puedo expresar sentimientos
con palabras encontradas
sin tener que pensar nada.
Mis hombros cansinos
se achican de pronto,
con el peso de los años
que nunca pasan en vano.
Los pies ennegrecidos
se esconden en rincones
en el avión que nos lleva
para volver a la casa,
mientras bailan de alegría
a pesar de la nostalgia
de dejar en Argentina
mucho de mi corazón
en la familia lejana
y los amigos queridos
que otra vez se quedarán
lejanos en la distancia.

Terapia

Terapia de alternativa
Con sonrisas escondidas
Que asoman a la mañana
De una noche bien dormida.

Terapia juntando al lado
De la gente que me quiere
Las cosas que voy copiando
Aunque nunca me convienen.

Terapia de ojos amargos
Que despiertan al vacío
De cosas que voy diciendo
Mientras que quedo dormida.

Terapia de años pasados,
Tiempos con seres queridos
Que se fueron de repente
Sin anunciar la partida.

Terapia que ni me acuerdo
Por qué se sienta en mi vida,
Por qué me llama a los gritos
Aunque produzca una herida.

Terapia de tiempos idos
Que vuelven sin preguntar
Llevando su inconveniente
Por el destino de amar.

Terapia que busco tanto
Y no quiero terminar,
Me ayuda en trancos amargos
Cuando tengo que llorar.

Frustraciones

Frustraciones alocadas,
Mezcladas con ansiedades
Con amores que no encuentro
Cuando me voy a la pieza,
Frustraciones amargantes
Que recito en mi memoria
Porque están en mi cabeza
Donde  no encuetro el alivio
Y me acongojan de veras
Con tantas ideas locas
Que crecen en mi sesera.

Frustraciones de los días
Que recojo por la noche
En pedazos de esperanzas
Que se rompen de repente
Resultando una montaña
De desperdicios sin tino.
Comidas que se cocinan
Quedándose a veces crudas,
Otras veces muy quemadas
Mientras el perfume sube
De las ollas en la casa.

Frustraciones en las tardes
Cuando el sol se va poniendo,
El día se va a dormir,
Mi cabeza está cansada,
Es hora de ir a la cama
Sin saber lo que alcancé
De lo planeado de ayer
En la cocina de vidrio
Rellena de palanganas,
Donde me pongo a reir
Mientras los ojos descansan.

Luces de Newark

Luces repetidas
forman caminitos
sobre las ventanas
del tiempo de espera
en las horas mansas
con chicos que lloran,
y en algún parlante
la voz de una mina
repite en tres lenguas
que el vuelo se va,
que salgas corriendo
o lo perderás.

No hay sentido al caos,
nada que se mira
ni lo que se escucha
podría entenderse,
el cielo está gris
(tormenta y ollín)
y un trencito urbano
suspira al vaivén
del círculo largo
andando en el riel
con el que te lleva
al próximo andén.

Si te viera

Si te viera alguna vez
protegiendo una alcancía
desde el fondo inasequible
que produce tanta bronca
si no sabés quién te  mira,
quién te apuñala de atrás,
quién te dice mil mentiras...
qué podría rescatarse
de tanta vida podrida,
dónde apunta tu mirada
buscando el sol que se asoma
sobre el horizonte claro
echando nubes perdidas
como mis besos de amor,
sobre montañas verdosas
que forman valles lejanos
que ya casi no conozco
aunque el río que borbota
entre las plantas del llano
le da vida a la alegría
de añares que ya pasaron
mientras la vida arrugada
se retuerce enfurecida.

Tristeza

Tristeza inexhorable
de cosas que me pasan,
del viento entre mis nubes,
mis culpas, mis desgracias,
en cielos de naftalina,
de soles y de torcazas
que apuntaban desde lejos
cuando nadie me llamaba,
encontrándome al pasar
la esperanza que llevo
de ese fuego incandescente
que te calienta sin pausa.

Depresión tan retorcida
que viene a hacer el rescate
con demasiada alegría
sin que me caiga en la trampa
que se encuentra en las cenizas
que quedaron en la plaza
cuando el fuego era tan fuerte
que sus llamas nos quemaban
con solo tocar tu piel
estremeciendo mis fibras
en fogatas verdaderas
que lloraban con mil rabias
hasta dormirme sin fe.

Te escribo sin esperar

Te escribo sin esperar,

Sin pensar, sin atorarme,

Sin querer atormentarte,

Sin buscar, sin encontrarte,

Viendo la vida pasar

Cada día más despacio,

Desde el balcón del lugar.

Te escribo cuando me acuerdo,

Cuando me pongo a pensar,

Cuando te escucho en mi mente,

Cuando discuto un borrón,

Cuando me acuesto temprano,

Cuando manejo en el viaje,

Cuando me pongo a llorar.

Te escribo cuando me deja

La pila que voy a hacer

De las cosas que me esperan 

En el comedor vacío, o

Arriba del escritorio

Con el teclado negruzco

Que golpeo sin parar.

Te escribo sin escribirte

Cuando no puedo encontrar

El minuto de sentarme

Para ponerme a teclear

Las palabras que me gustan

Que me harían disfrutar

El escribirlas nomás.

Pensando en mi vida

Pensando en mi vida,

Me llegan nostalgias

Con horas perdidas

Sin encontrar nada

Que valga la pena

Mientras que me encuentro

Llena de potencia,

Me siento a escribir.

Pensando enseguida

Mi destino absurdo

Acunando heridas

Que se van curando

Cuando pienso en vos,

En tus manos suaves,

En tus ojos sanos

Que me siguen mansos.

Pilas de papeles

Con reglas de juego,

Se amontonan altas

Haciendo montañas

Mientras que las plantas

Buscan primaveras

En flores de vidrio

Que crecen en casa.

Luces de colores

Brillan en la noche,

Los pájaros duermen

Sus sueños de alas,

Los nidos de pluma

Con pichones nuevos

Se escuchan alegres

De tierna arrogancia.

Estoy en mi silla

Estoy en mi silla

Delante el papel

Cuando me acomodo

A escribir poesía

Sin saber qué llega

Que pueda expresar

Esos sentimientos

Que me ponen mal.

Mi pose ideal

Que adopto seguido:

Mi oreja en la mano,

La otra escribiendo

Si es que el corazón

Busca algún recuerdo.

Dentro del cerebro

Una telaraña

Que mueve y dibuja

Cosas del mañana,

Busca en el ayer

Esa inspiración

Que llega cansada,

Humilde y segura

Como una manzana

Que da vitamina,

Salud y esperanza.

Me agacho despacio

Pensado tranquila

Que el tiempo que pasa

Deja sus semillas

Que serán las flores

De un mundo mejor,

Y mientras la guerra

Destruye las vidas

De gente inocente

Que ya no palpitan,

Me escondo en la casa,

Miro hacia la calle

Sin ver lo que pasa

Mientras te recuerdo

Dentro mi vida.

Cuánto cambió este camino

Cuánto cambió este camino,

Estas cosas que te escribo,

El ardor del fuego ido,

La conciencia emancipada

De recuerdos de nostalgias

Que se amontonan temprano

En la bruma del paisaje,

Mientras el río que corre

Engorda y sube a los flancos

De las riberas cercanas

En la algarabía extraña

De la primavera ufana

Que va llevando sin pausa

La nieve que se derrite

Convirtiéndose en el agua

Que se arroja sin vergüenza

Por los costados helados,

Mientras los pájaros cantan

Con cantos de enamorados

Preparándose sus nidos

Que llenarán de pichones

Creciendo bajo el amor

De los padres orgullosos

De llevarles alimento

Cuando encuentran los gusanos.

Cuánto gozo este paisaje

Del  pueblo donde vivimos

Cuando camino contigo

Aferrada al brazo fuerte

Que me permita seguir

Sin caerme sobre el hielo

Que aparece de repente.

Valentino 2018

La mañana se levanta
Y el día empieza otra vez,
La gente que se despierta
Ve la luna en la distancia
Mientras el sol se agiganta
Y la manda más allá.

La mañana se levanta
Y me acaricia la cara,
Te veo al lado en la cama
Y me acurruco al costado,
No sé si mirar tus ojos
O si besarte en la boca.

Cada tanto algún suspiro
Me recuerda la hermosura
De dormir al lado tuyo
Todo el tiempo de mi vida,
Mientras tu calor humano
Me da destellos de gloria.

(Feliz Valentino en buena compañía)

Todo está blanco

Todo está blanco,

El cielo, el río,

Los techos de las casas,

La nieve del camino,

Las nubes sin contornos,

Sin lluvia, sin el viento

Parecen como un toldo

Sin gracia y sin adorno.

Todo está blanco,

Silencio de los pinos

Que se miran los pies

Enterrados debajo

De una pila de nieve,

De hielo, de estropajos,

Con sorpresa de ensueño

Adornando paisajes

Masticando recuerdos.

Todo está blanco,

Está negro, está dormido,

El invierno se alarga

Se adueñó de mi vida

Encontró el escarmiento

Sin creer y sin tino,

La primavera no llega,

Sus manos están atadas

A la crueldad de la vida

Que la empuja hasta la herida.

Todo se fue, se alejó,

Se escondió debajo el manto

De la nieve blanca y negra

En el espacio del tiempo

Que dormiría a la orilla

De palabras confundidas

Buscando alguna caricia

En los pliegues de la vida

Mientras camino a tu lado

Aferrada a tu energía.

Reunión de los jueves

Metas:
Mañana empiezo la dieta,
Me camino 5 cuadras,
Me tomo un vaso de vino,
Me levanto muy temprano,
Me voy al campo a cantar,
Me cruzo con un paisano,
Miro las aves volar,
Las sigo con la mirada
Hasta el fondo de la mar
Y me retiro a las 7
Para poder trabajar.
        (Dedicado a Diana)

Orgullo argentino

Orgullo argentino

Cansado y divino

De cosas de antaño

Que ya no veré.

Orgullo estropeado

De verdes y prados

De cosas que vuelan

Con una canción.

Orgullo argentino

De vidas corridas

En el disparate

De cantar al cielo

Su canción de amor.

Cómo me recuerdo

Esas noches tibias

De patos y ranas,

De grillos y sapos,

Con moscas mareadas,

Debajo glorietas

Cubiertas de parra

Cargadas de uva,

Que invitan comer

A la carne asada

Que está en el fogón.

Orgullo argentino

De cosas prendidas

Para la familia

Con el corazón.

Orgullo argentino

De abrigo y dolor,

Guerras intestinas,

Olivos caídos

Sobre las Malvinas

Que no olvidarán.

Tío Miguel

Lloré, lloré mucho

Lloré por vos, por él,

Por mí.

Lloré sin forzarme,

Lloré sin quererlo

Con ojos de sorpresa

De llanto y desconsuelo.

Lloré por fuera

Y lloré por dentro

Se los dije a los dos

(Abrí tu carta

Mientras nos sentábamos

A la mesa de la cena)

Y dije entre mis lágrimas

Que lloré la muerte

De un buen marido.

El que se conocía bien

A sí mismo,

Su fuerza, sus flaquezas,

Su sentido del deber,

Del cariño y del placer

Por las bochas, el dibujo,

La pintura, el club

Y su esposa tan querida.

Lloré no tanto por él,

Sino por mí,

Por no haberlo presentido.

Llorá,

Llorá mucho,

Dejá que el agua salada

Te dé fuerzas

Y pensá en tus hijos,

Tus nietos,

Tu casa.

La posibilidad

De conseguir otra pareja

Aunque no sea tan perfecta

Como la primera.

Consólate por dentro

Aunque no lo muestres

Por fuera.

Llorá y llorá

Todo lo que quieras,

A solas,

Con los otros,

No tengas vergüenza.

Fuiste la hija única

Entre los que vivimos

Y te criaste sola,

Por lo que estás

Más acostumbrada

Que yo o las otras

Primas.

Y si algún día

Te sentís

Muy pero muy sola

Pensá en alguno

Que necesite tu mano:

Un hospital,

Una escuela,

Una iglesia.

Sentíte parte del mundo

Sin depender

De tu familia

Y buscá tu camino

Con la misma entereza

Con que encontraste

Tu vida

Hace tantos años atrás,

Con mucha esperanza

Y con inteligencia.

La noche está sola

La noche está sola,

Los pájaros duermen,

Las olas del agua

Nos miran de lejos

Y entre el remolino

Que tengo en mi alma

Me acuerdo de cosas

Que a veces pasaban.

Miles de nostalgias

Que abruman la vida

Te muerden en ruidos,

Recordando heridas

Que en torno silencian

Los gritos ansiosos

Que envuelven los días

Del pasar osioso.

Nada que te diga

Te estremecerá,

Nada que vos veas

Te podrá hacer mal,

Solo la fragancia

De mil despedidas

Quedará prendida

Al tiempo inmortal.

La casa dormita

En la oscuridad

Mientras que las nubes

Cubren la ciudad,

Los sueños que llegan

En la estepa helada

Te cuentan de hadas

Que nunca vendrán.

La noche está sola,

Nada la acompaña,

Todo lo que veo

Está en la neblina

Que cubre el paisaje

Detrás de la casa

Mientras que te alejas

Hasta el más allá.

Qué lejos que nos fuimos

Qué lejos que nos fuimos,

No hay nadie alrededor,

El fondo de la casa

Parece furibundo

Con este viento helado,

Furioso, doloroso,

Mostrando desolado

Los pájaros hambrientos

Que van al comedero

Buscando las semillas

Que Alejandro les puso

Varios días atrás.

Antes que el nuevo frío

Envolviera la tarde

En la desolación

De la estepa escaldada

Sin tregua ni perdón.

Los árboles pelados

Vestidos en el negro

Y subrayados en blanco

Parecen resignados,

Destino desgraciado

Que los muestra sin vida

En la dormida invernal.

Qué lejos que nos fuimos,

Dónde están los amigos,

Parientes y vecinos

Que dejamos allá,

Los hijos peregrinos

Ya no viven conmigo,

Se fueron también lejos

Persiguiendo destinos

De quimeras gloriosas

Que hace mal escuchar.

Saludan cada tanto

Si quieren visitar,

Pero no siempre lo hacen,

Están tan ocupados,

La vida los aleja,

Los lleva de la mano

Que encuentran al pasar

Corriendo al pan y al vino

Al amor, al camino

Al deber y al azahar.

La nieve nos inunda,

Nos mata, nos aísla,

Nos deja en una isla

Sin paz ni libertad.

La nieve nos libera,

Nos ayuda, nos besa,

Me trae los regalos

Que gozo en Navidad,

Nos acuna en la cama

Mostrándonos la fuerza

De un día de verano

Que pronto ha de llegar.

La nieve cubre todo,

La casa, los vecinos,

El campo a la distancia.
El patio y el parral.

Quisiera hacer un soneto

Quisiera hacer un soneto

Decía el poeta sabio,

Lo quería hacer honesto

Con sus cuartetas mundanas

Mientras las cosas queridas

Seguro que le inspiraban

Las palabras requeridas

Para la sexteta llana

Que al final necesitaba

Sobre la mesa rallada.

Quisiera hacerlo algún día,

En el tren o de a caballo,

Vestirlo con muchas flores,

Puntillas multicolores

En el vaivén de la vida,

Con cintas de seda pura

Que yo plancho cuidadosa

Sin importarme la vista

Aunque la ropa se muestre

Muy antigua con la moda.

Quisiera buscar la rima

Copiando lo que me pasa,

Sin preocuparme por versos,

Que amontono a la marchanta,

Escribiendo sin sentido

Cosas que son insensibles,

Increíbles,  imposibles,

Indolentes, indecentes,

Y hasta podría decir

Que ya no importan más nada.

No tengo, no tengo más...

No tengo, no tengo más,

Se fueron, se fueron todas

Las cosas que te decía

Cuando me volvía loca

Pensando en ausencias

Que siempre crecían

Al pie del volcán de fuego

Que podría ser mi vida.

No tengo, se fueron todas

Las penas, las melodías,

Los bailes bajo aquel cielo

Con estrellas encendidas

En el frío de la noche

Mientras la nieve caía

En el silencio divino

Que encendía la partida.

Se fueron, se fueron lejos,

No están conmigo a mi lado,

Quizás se fueron contigo,

Levantando mi cabeza,

Repitiéndome el milagro

De escuchar lo que te digo,

Si no me veo llorando

Cuando te escribo un poema.

Las penas se van,

Me dicen adiós,

Me escuchan de lejos

Cantándote a vos

Y ven el reflejo

De los años idos

Teñidos de tiempo

Al cerrar el libro.