Senderos

Senderos de piedra blanca
que me llevan a un lugar
de cosas desconocidas,
de alegría, de comidas,
de canciones escondidas,
de palabras emotivas
que buscan poner sentido
a cosas que van pasando
mientras que sueño tranquila
sentada en el sillón nuevo
donde me quedo dormida
esperando que me llegue
la felicidad prendida
de mirar cine amoroso
con historias florecidas
que me recuerdan el tiempo
cuando vivía escondida
buscando en televisión
poner sentido a mi vida.

Navidad

La Navidad está cerca
la siento en los huesos,
el pelo, la cara,
la veo en el cielo,
la nieve, la zanja,
la veo de lejos,
de cerca y de nada.
La veo en los pinos,
el pasto, el terreno
que junta los pocos
granitos de nieve
que caen despacio
sin tino ni gracia.
La veo en tus ojos
que miran tranquilos,
mirada de águila
que vuela despacio
buscando la presa
que encuentra asustada.
La calle está blanca,
anuncia la fiesta,
regalos de amigos
que nunca me faltan,
y entre la familia,
la patria lejana,
los hermanos sueltos
y un coro de hadas,
la Navidad llega
sin prisa y sin pausa.

Vida dormida

Vivo dormida, sueño despierta,
camino sola, camino tuerta,
camino largo que se enroscara
delante mío cada mañana.
Cosas del día, de la borrasca,
del pecho hundido en la nostalgia
de los paisajes que me gustaban.

Dormir la vida, soñar sin freno,
cantar al día, al sol, al trueno,
al campo solo, blanco de nuevo,
lleno de angustias y desenfreno.
Duermo despierta sin acostarme,
el tiempo pasa sin apurarse,
la noche llega sin que la llame.

Baladas

Baladas disparatadas
Al amor, a la palabra,
Al dolor, al abrelatas,
Al cariño que te daba,
Al peso de las mañanas
Cantando bajo la lluvia
Desnuda y sin pensar nada.

Baladas del tiempo antiguo
Cuando creía en las hadas
Bañadas de espuma blanca
Que preparaban su magia
Debajo alguna palmera
Que se mecía en la brisa
Llegando desde la playa.

Baladas que me recuerdan
Mi juventud, mi alegría,
Mi vida sin esperanzas,
Mis ilusiones perdidas,
Mis tristezas encontradas,
Mis pasiones inocentes
Mientras nadie me miraba.

Cabeza vacía

Mi cabeza está vacía,
allá arriba desde el cielo
los gansos pasan volando,
van buscando la comida
gritando desesperados
anunciando su pasada
mientras me miro las manos
que no atienen a crear
poemas que me entretengan
volcando un amor amargo
entre renglones en blanco
que relleno por milagro.

Mi cabeza tiene mucho
de palabras sin sentido
que se apilan en mi frente
antes de hacerlas jugar
y escribirlas alineadas
para poder concretar
la ilusión de poner juntos
sonidos efervecentes
que me permitan soñar
para poder componer
versos que pongan sentido
a la hora del querer.