Vivo en un bosque

Tengo un bosque para mí
donde vivo con mi amado
con árboles tan frondosos
que me ayudan al descanso
en el calor del verano.
Gozamos por todos lados
el sol de rayo atenuado
entre abanicos de hojas
filtrando la luz que baja
y nos deja de repente
el fresco de un viento sano.
Nadie acá lo necesita
al aire acondicionado
con su zumbido de locos,
solo se escucha el cantar
de pájaros del lugar
buscándole la comida
a los pichones hambrientos
que esperan dentro del nido
a los píos soñolientos.

Verano de siempre

Verano en recuerdos
dentro de la vida
de siempre, de nunca,
de días muy calmos
con tiempo grandioso,
que pasa despacio
por todo un domingo,
un lunes, un sábado,
un día de fiesta,
otro de trabajo,
días de indolencia,
de apuro, de amargo
soñar sin razones,
con lujo en la mano.
Días de un verano
contento, soleado,
de un viaje hasta Roma,
hasta un obelisco
o un arco romano,
la fuente que canta
cascadas de agua
sin darse importancia,
con versos lejanos
dentro la esperanza
de encontrarte acaso
si es que te buscaba.

Más sol

El sol se acuesta tan tarde
que nadie lo reconoce,
se acuesta para las nueve
y quizás después también
todavía está esperando
porque la noche no llega
cuando es tiempo de verano

y se va la primavera.

El sol se acuesta muy tarde
en este lugar hermoso,
sin los bichos, sin mosquitos,
solo un lugar de reposo
en el medio de los lagos,
de los ríos, las sombrillas,
las aves que cantan tangos,
las reposeras de antaño,

sin que vea zapatillas
corriendo cerca de acá
para encontrar los encantos
de días que son tan largos
que de nada te das cuenta
si te levantás temprano.

Todo está como dormido

sin salir ni los domingos.

Veía su cara limpia
de varón enamorado,
nadie le pide su amor,
solo yo de eso me encargo.

Veía caminos lindos
rodeádome de costado,
caminos que nunca hago
si no te tengo tan cerca
que te sienta muy al lado
mientras el sol me acompaña
vestido de pelo largo.

Las rosas

Las rosas brillaban lindas
en el jardín de mi casa,
perfumaban el ambiente,
y jugaban sin respiro
con mariposas del aire
y pájaros del olvido.
Las rosas eran de oro,
de vino, de payasadas,
de gracias que yo adivino
mientras te miro la cara
y me recuesto a tu lado
sin pensar en el mañana.
Las rosas eran mis flores,
mis compañeras paganas,
mis suspiros por tu amor
mientras te abrazo con ganas.

Plantas

Plantas de la primavera
que el sol calienta sin fin,
los racimos de frambuesas,
las lilas color carmín
y enredaderas de Lourdes
trepándose por las rejas
llegándose hasta la gruta
donde alguna vez le recé
a los santos de mi abuela
y de mi abuelo también.
Plantas de colores finos
de amarillos relucientes
de rosas junto con vino,
de dalias y de alelí
que casi ya ni adivino
al pie de alguna pared.
Plantas que enfrían mi cara
y me producen placer
tomando el té en la mañana
cuando le agrego la miel.

Maravillas

Maravillas de ilusiones
que van cantando a la vida,
a la voz de la querida
patria nuestra tan lejana.
Maravillas de emociones
que viven en tradiciones
de los cantos de los gauchos,
los versos del Martín Fierro,
y algún albor de Lugones
cantando la sombra austera
de aquel don Segundo Sombra
y a la gloriosa bandera.

El bebe tan chico

Un bebe tan chico,
pequeño, escondido
dentro de la panza
de su madre ardiente
que se encuentra sola
en su nacimiento
no importa la causa,
la gloria del día,
los cantos al viento,
al sol, a la luna,
al alumbramiento,
al río de brumas,
hasta el nacimiento
de un chico que asoma
su vida tan tierna
en medio de un mundo
que todo lo quiere
y nada lo asombra.

Viento norte

Viento del norte del mundo
que se infla hasta alcanzar
velocidades inmensas
que dan miedo de pensar,
que da vueltas con la fureza
de un ciclón que arrasará
todo lo que el soplo quiera
sin permiso preguntar.
Viento altivo, viento oscuro
que una tiembla al escuchar,
que tapa el sol a su paso
prometiédome sin más
una promesa de calma
que no cumplirá jamás.
Viento norte, malo y triste
que se viene en su volar
trayendo por todos lados
el frío de estepa helada
que gusta el oso polar.

Suelo

Suelo de rocas grandes y duras
que se amontonan sin mucha pena
bajo tus pies cuando caminando
dentro zapatos, las botas negras,
tus mocasines, mis tacos altos
corriendo locos sin fin en mano.
Suelo que cruje bajo mi paso,
que se hace verde para el descanso,
que mueve a todos al esperarlos
cuando sostiene a los que pasamos.
Suelo sediento, lleno de gracia,
con su silencio en la elegancia
buscando agua debajo el prado
y encuentra apenas si la buscamos.
Suelo querido, cuánto te extraño,
cuánto te añoro, cuánto demando
si es que pudieras ver de antemano
que acá lo fértil nunca está a mano.

Tantas cosas

Tantas cosas que me pasan
y no sé cómo decirlas,
las retengo en la cabeza
pero no pueden salir
porque no son tan bonitas
si no las puedo escribir.
Tantas cosas que imagino
que les pasan a los otros,
pero no sé si contarlas
resolverían al fin
pensar que todo se afina
cuando termina sin ti.
Paseándome en Buenos Aries
por Retiro, por Palermo,
por Diagonal y Viamonte,
por Callao y Pueyredón,
pasearse sin esperanzas
de volver a esa ciudad
porque vivo por acá
entre los lagos gigantes
de las flores de carmín.

Mi vida

Mi vida, mi alma,
mi historia dormida,
mis grandes trabajos,
las tristes partidas,
los momentos dulces,
algunos gloriosos,
otros tan pero tan tristes
que ahora ni puedo
pensar en llorar
dado que no creo
que lágrimas puedan
arreglar de pronto
lo que me ha dejado
mi destino hermoso,
te lo ofrezco todo.
Si algo se amontona
y hasta se transforma
al vivir contigo
sin pensar en nada,
me siento contenta
de lo que me creo
que es verdad amada,
y siento añorar
con mi corazón
los besos humildes
que tanto te he dado
en abrazos tiernos.
Emociones bellas
que llevo en mis venas.

Volver a lo normal

Volver a lo normal
un día casi pronto,
la vida desde siempre
tu voz, tu corazón,
la casa, la ventana
mirando hacia el jardín,
trabajo en la oficina,
paseos a la vuelta,
mirar el horizonte,
besarte sin pensar,
en horas desgranadas
buscando tu mirada,
tu amor, tus desafíos,
calor de tu cariño
y abrazos con el río
que corre por mis venas
mientras pensás
mañana
podés volar de vuelta
en largos torbellinos
del viento en las tormentas
subiendo sobre motos,
camiones, motonetas
y algún avión de paso
que ayude con la empresa.

Inspiración

Inspiración retorcida
que me complica la vida,
me la moja, me la tira,
me pone contenta un día
pero al pasar de algún tiempo
se vuelve triste y vencida.
Inspiración que quisiera
pero no siempre me llega,
me dice cosas de antaño
y se esconde escurridiza
cuando me atrevo a mirar
lo que me espera enseguida.
Inspiración de adorarte
aunque no siempre lo escriba,
de quererte más que nunca
aunque te mire torcida,
inspiración de otros años,
otro mundo, otra partida,
otra voz en mi garganta
que se siente entumecida.
Cuánto frío que hace afuera
si no te veo enseguida.

Canciones de cuna

Canciones de cuna
que me hablan de amor,
de voces de luna,
de besos y sol.
Canciones de cuna
que quiero cantar
desde que despierto
en este lugar
hasta que me acuesto
con tanto pensar.
Canciones que traen
muchas esperanzas
de niños jugando
las rondas de arroz,
el pájaro bello,
las flores de plata,
nido de diamantes
que voy a buscar
para regalarte
en la primavera
mi lluvia de besos
que siempre tendrás.

El río

El río y la luna
cantaban contentos,
el río bajaba,
bajaba corriendo,
el agua del río
mojaba tu aliento,
tu voz, tu mirada,
tus ojos sedientos
que me acariciaban
con atrevimiento
mientras que pasaba
curioso y contento
porque su pasada
mojaba las rocas
desde algún rincón
del prado y el pueblo
con deseos locos
de hermosos momentos
que ahí se quedaron
entre mis recuerdos.

Siempre lo mismo

Repetir la vida, las cosas queridas,
escribir sin miedo, pensando el mañana,
historias lejanas que están escondidas,
en el sol y el aire, la brisa, la bruma,
las nubes volando que besan el suelo,
estrellas brillantes, diamantes del cielo,
con lunas redondas rodeadas de espuma.
Historia de miles de mundos extraños
cubriendo suspiros con agua de rosa
repitiendo tanto que todo se aleja
al centro del alma sintiéndome hermosa.

Noche de canciones

Canciones queridas que cantan mi vida,
mi amor, mi esperanza, mi playa escondida,
mis lunas de plata, el agua pristina
naciendo entre lagos que corren sin prisa
llevando los peces, los patos, los gansos,
las garzas azules, el hielo flotando
hacia el mar sin fin, pasando los puentes,
los pueblos, los campos, las flores silvestres,
el sueño en la noche que espero por siempre
de un beso atrevido que a veces recuerdo.

Tantas lunas

Más y más lunas
iban jugando
dentro una noche
que está empezando
con tantas nubes,
tantas estrellas,
tanto destello,
tanta belleza,
si yo supiera
desde temprano
si es que me quiere
mi enamorado
si yo me acuesto
cerca a su lado
como un susurro
sin despertarlo,
si es que quisiera
verme de nuevo
o si prefiere
que mi cariño
quizás le llegue
alguna noche
mucho más tarde,
hacia el verano.