Sunday 10 April 2016

Reflecciones en el tren para Georgetown...

Despacito, livianito,
Me preocupa el corazón
El de Evita, el de Labruna,
El de Gardel y Perón.
Despacito, sin apuro,
Voy cantando esta canción
Con palabras de hace mucho
Desde siempre y sin razón.

Despacito, sin apuro
Sin violencia ni emoción
Me levanto a la mañana
Con el cuerpo en camisón
Y me duermo por la noche
Conversando sin perdón.

Y si cuando me levanto
Se escuchara una canción
Es el canto de mi alma
Desafiando la razón.
A las 6 de la mañana
Entre nubes de algodón
Se me arruga la paciencia
Y se ablanda la pasión.

Voy silbando despacito
Bajo el peso del teflón,
En el medio de los trenes
Encontrando la estación,
El paraguas y el piloto
Si se viene un chaparrón,
Y ninguno se da cuenta
Si me voy al corralón.

Candidata entre los pobres
Y entre ricos sin perdón,
Escuchando las noticias
Que la radio dice hoy,
Si mi hermana que está en Roma
Ya que no sabré mejor,
Si se muere o si no tiene
Ni una herida ni un raspón.

La familia se descuida
Y veremos si sabrá
Si la flaca estuvo herida
O ni se fue a trabajar.

Desde siempre y en confianza
Voy volando en el avión,
Voy en tren y en subterráneo,
En el ómnibus también.
Si la gente que en Italia
Va llegando a trabajar,
Se pregunta preocupada
Que también pueda llegar
A destino sin problemas
Sin tener que manejar.

En el medio de la bruma
Del invierno en Canadá
Con el tren me voy viajando
En la gran oscuridad
Como noche en la mañana
Mientras anda sin parar.

(Esto lo escribí en el tren entre St. Marys y Georgetown el día del choque en Roma, 2004 quizás)

No comments:

Post a Comment