Qué le pasó a la distancia,
a la luna, a la alegría,
a la gente que pasaba
sin mirar a donde iba,
buscando desde mis versos
cosas que no se decían.
Qué tendría que encontrar
cuando me miro los pies
si me duelen caminando
recordando que los tengo
mirando siempre hacia el suelo
esperando no caer.
Qué le pasó a la esperanza,
a la voz que me volvió
cuando soñaba sin traba
contando con la emoción
de saber que no sé nada
alrededor de un fogón.
Qué desquicio de cultura
si el más fuerte siempre gana
y el pobre no puede mucho
sin pensar en mejorar
para conseguir la guita
que le dé para morfar.
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