Una
tarde descansado
A la
sombra de un ombú
Escuchaba
una milonga
De
alelíes y de amor,
Cuando
vino una señora
Con la
cola redondita,
Una
canasta en la mano
Y una
rosa en el ojal
Y
cantándome al oído
Me
contaba desventuras
De
mañanas sin retorno
Con
auroras del lugar.
Y la
pampa se extendía
Desde el
árbol que crecía
Y
trotaba dulcemente
Hacia el
río y el canal.
En lo
alto el sol brillaba
Descansando
al mediodía
Con
calores imposibles
Que
achicharraban la mente
Derritiendo
la alegría
Y se hundían
en la piel,
En los
huesos, en la carne,
En la
cara y en los ojos,
En la
boca y la nariz.
A la
sombra del sombrero,
Con sol suave en Canadá
Me
agiganto en la nostalgia
De una
pampa inmensa
Y larga
Que se
lleva con la brisa
Los
recuerdos de mi infancia,
Cuando
piedras eran piedras
Y el rocío
era de agua,
Cuando
el pasto era jugoso
Y el sol
no me molestaba,
Cuando
el viento se entibiaba
Acariciando
mi cara
Y los
rayos de la tarde
Se
alargaban en poesías
De poetas sobrehumanos
Que aprendía de memoria
Y que
entraban en la entraña
De mi
espíritu inocente
Repitiéndolas sin pausa
Al pedir de la maestra
Con mediodías sin tregua
Después de mañanas largas.
Con
viñedos de uva sana,
Las guindas y las cerezas,
Las almendras y avellanas,
Las granadas y naranjas,
Los duraznos y manzanas,
Los
oleandros con flores
Rosas,
blancas y amarillas
En la
esquina de la quinta,
Una planta de laurel
Que hacia el cielo se agrandaba
Al lado de las hamacas.
La ligustrina crecía
Aunque yo podaba siempre
Con tijeras afiladas,
Mientras avispas zumbaban
Con intenciones malsanas
Alrededor del terreno
Lleno de sombra de plantas.
Los pollitos, las gallinas,
Los gansos y los conejos
Tenían un gallinero
O también tenían jaulas,
Un gato gris y uno blanco
Y el perro grande de caza
Completaban la familia
Que vivía en tanta casa.
Me
acuerdo de los amigos
Con los
que iba a la playa,
A pescar con los gusanos
Para el anzuelo en la caña
Que había juntado antes
Con la zapa o con la pala.
Quizás 1981…
nostalgias de la patria lejana…