Frascos grandes, frascos chicos,
frascos que voy a llenar
con dulces de mil colores
cuando me pongo a mirar
los sueños que creo vivos
entre tareas que hacer,
llenos de vinagres viejos
en asuntos del querer.
Cosas que a veces me acuerdo
cuando me pongo a pensar
si la guitarra en la noche
podría verme llorar
cantando con toda el alma
poesías del querer,
mientras me quedo dormida
con asuntos del placer.
Dolida, triste de todos
esos poemas de ayer
cuando los frascos de pasas
envolvían mi placer
con oraciones soñadas
entre frasquitos con gaza
que vuelven a florecer
muy temprano en la mañana
si es que me vas a querer.
Frascos que tienen adentro
prefumes de flores caras
como lavandas y rosas
de verano en el candor
de campos estremecidos
de color rojo y azul
concentrando en los perfumes
que demuestren mi querer
cuando las horas pasaba
sintiendo todo tu amor,
entre algodón y colchones
llegando el amanecer.
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