Patrulleros policiales
patrullan por todos lados
en el aeropuerto abierto
de la ciudd peregrina
de Boston de mis recuerdos
mientras espero paciente
que las horas pasen mansas
para alcanzar algún vuelo
que nos lleve sin pavadas
a volar hasta Toronto
7 y media de la noche
cuando se extraña la cama
que compartimos los 2
en nuestro Ontario del alma.
Dormir mientras te sentás
en una silla olvidada
que no sabés si limpiaron
a las 3 de la mañana
para poder descansar
sin preocupate por nada
mientras el tiempo que pasa
no hace ruidos ni macanas.
El escenario cambió
estamos en el Ontario
y nos quedamos durmiendo
de hospital en una cama
mientras un montón de gente
revolotea sin frenos
para poder conocer
si te morís de mañana.
No vemos más patrulleros
ni policía montada,
la gente se sienta sola
con un número en la mano
y el estómago vacío
para poder dejar sangre
en tubos con etiqueta
que tiene tu nombre escrito
esperando resultados
que expliquen un veredicto.
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