Quisiera mandarte un día
la boleta de mi vida,
pondría en ella con gusto
las cosas que conseguimos
trabajando los dos juntos
mirándonos en la cara
sin pensar en consecuencias
de lo que iba a pasar
al final de la jornada,
si en lugar de perseguir
quimeras desesperadas,
poníamos como meta
cosas fáciles y claras
para llegar sin esfuerzos
a finales de batallas
sin perder a los soldados
que sus vidas arrojaban.
Exigencias de la vida
que costaban poco y nada,
como el buscar alegrías
atravesando caminos
alrededor de montañas
en rimas que iban tranquilas
expresando a la marchanta
poemas que van naciendo
desde el fondo de mi alma.
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