Juventud

 Juventud querida, tan escurridiza,

que pasa de pronto sin dejar vestigios

y se nos convierte dentro de la vida
en la madurez de querer los hijos

para que nos dejen alcanzar la meta

en la sociedad de patria sin penas.
Juventud eterna en pueblos decentes
que hacen de los niños un futuro alegre
cuando se hacen grandes, hermosos y fuertes,
llevando de pronto el blasón enterno
de los pueblos libres que crecen sin miedo

en comunidades de amor sin complejos.

    (Copiado y arreglado de una invitación a escribir un poema fusionado al "Día mundial de la juventud" en "Poemas del Alma.")