La inspiración llega tarde,
la casa estará en San Juan,
o quizás estará esperando
en un rincón de Saint Marys
para que pueda encontrar
si me sirve un estornudo
a que me haga inspirar.
La casa estará vacía,
nadie la va a visitar,
las cortinas se escondieron
detrás de gran ventanal,
y entre escobas y sombreros
yo quisiera cocinar
una olla con puchero
que guste a mi paladar.
No sé cuánto te daría
en mi afán de cocinar
a que regreses temprano
cuando busques de cenar
en la casa de Saint Marys
para comer con los dientes
un puchero excepcional.
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