Desnudar el alma, el pelo, la calma,
desnudar mi vida, mirarla, mostrarla
entre las muñecas, seda y porcelana,
con ojos azules y caras pintadas.
Desnudar recuerdos, sabiendo que matan,
desnudar mis miedos, mis triunfos, mis ganas,
lejanos desprecios que mi vida amargan
en la enredadera de pleitos sin causa.
Saber esconderse detrás de la calma
que tiene apariencias para demostrarla,
mientras que mi vida no sirve de nada.
Esas viejas penas que en algún rincón
están escondidas de toda maldad
mientras que quisiera llevarme tu poncho
para desnudar tanto amor por vos.
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