Pascua

 Semana Santa era familia,

eran ritos agradables,
era llorar por la cruz,
era rezar por perdón,
era anunciar tan contentos
que Dios llegaba de nuevo
después de subir al cielo
en el sábado de gloria
para su honor sin igual.
Me acuerdo de aquellos días
con mi papá y mi mamá,
mis abuelos y mis tíos,
mis hermanos, mis vecinos
celebrando sin parar
la Pascua como final
de 40 días profundos
donde había que rezar

comer pescados muy ricos

porque carne no era igual.
A los chicos nos gustaba
la rosca dulce de Pascua,
los huevos de chocolate,
la comilona genial
donde todos festejaban
la familia en general.

   (De una invitación a participar de un poema fusionado en Poemas del Alma)