Desde el día que nací
en una patria lejana,
que no era en el Piamonte,
ni siquiera en la terraza
de aquella casa que estaba
en Lope de Vega y Jonte
que ya no recuerdo más,
que vivo siempre a los saltos
sin saber cómo parar,
hablando en forma de verso
para poder recordar
la trama de Buenos Aires
que llevo en mi corazón.
Pasiones de gauchos
que me van haciendo coro
al canto de prosas
y versos paisanos
mientras que me quedo
tecleando sin prisa
y mi gaucho viejo
se queda charlando
con algún muchacho
hablando de soles,
de física rara,
con luces lejanas
recordando apenas
que acá en esta tierra
sería muy bueno
poner en la mesa
gustos de los gauchos
que van a comer
esas milanesas
que ayer cociné.
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