Las tormentas y tormentos
de juego de palabras,
los tesoros escondidos
que encuentro bajo la cama,
las rosas tan primorosas
y tus mensajes hermosos
que quizás mandes mañana,
me ponen más que contenta
aunque no busque el camino
de tu corazón de hielo
que contempla mi destino.
Nunca se sabe en la vida
qué llegaría más tarde,
la que se esconde atrevida,
lo que me busco en un viaje,
lo que esperás en un vuelo,
un abrazo, algún te quiero,
en el salir a la calle
mirando si estás ahí
rodeada de tanta gente
que pasa sin esperarme,
mientras no veo adelante
la razón para una meta,
o pensar en la esperanza
que te guste mi presencia,
mientras toda la alegría
que recuerdo con mi pluma
me va trayendo sin tregua
la pesadez de la ausencia
que se abriga entre la bruma
de aquel paisaje que existe
después de viajar por leguas.
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