Las frazadas

Las frazadas, las toallas,
Las sábanas sin sudor,
Las pastillas en mi cara,
En mi vida, en mi canción,
El disparate escondido
Dentro del río infernal,
El hígado de mi panza,
Los dientes que me hacen mal
En el paisaje vecino
Que acabo de visitar.
Una bahía de plata
Abre sus brazos al mar,
Las montañas la acarician
Con casas en las laderas
Todas pintadas igual,
Pensando verse en la costa
De aquella Europa ancestral
Que les mandó marineros
Que bajaron sin perdón
Y la ocuparon muy serios
Con el horror del valor
De anexarse más dominios
De aquella reina imperial
Que vivía en Inglaterra
Comiendo escones de crema
Con mermelada real
Y mantequilla de leche
De las vacas de pastar.

Pantallas

Pantallas, muchas pantallas,
Rojas, verdes, naranjadas,
Con luces que se mueven
Delante de tus ojos
Hablando de pavadas
Leyendo cuentos de hadas,
Con zapatillas nuevas
Que venden en la plaza
Delante un balcón negro
En la esquina de casa,
Donde las calesitas
Volaban por el aire
Desde el baldío dormido,
Mirando las murallas,
Recorriendo distancias,
Rodando en las montañas
Con valles de templos
De oro y de plata,
Castillos con paredes
De piedra amontonada
Y turistas alegres
Que sacan fotos sin pausa.
Hipotecas de infecciones,
Mercado de disparates
Que juegan a la marchanta,
Destinos de vacaciones
Donde te gastás la plata.

El gris

El gris, la ralladura,
Revistas de novelas,
De historias de salud,
Prevención y destino,
Con sangre que te corre
Buscándote en las venas
Los granos del azúcar,
Colesterol y cariño,
Con fuentes de melones,
Sandías y ananaes,
Papayas y aceitunas,
Zapallitos rellenos
Que un día nos comimos
En calesitas sin freno
Que daban vuelta saltando
Desde la aurora del tiempo
Mientras mi luna cantaba
Sin encontrar la clausura
De algarabías de chicos
Que abrían puertas de ensueño
Y me decían despacio
Todo lo que busco encuentro
Con solo algún pestañazo
En trenes de aburrimiento.

El hastío

El hastío de las horas
Sentada en aeropuertos
Buscando en la escritura
El tiempo que se pierde
Con cosas que se esconden
Debajo de la arena,
Cuando palabras que escribo
Te hablan de lo lindo
Que es vivir en la nada,
Sin tiempo en un abismo
De montañas con ríos
Que te mienten sonidos
De la altitud en el aire
Contra la física diaria.
El rojo, el colorado,
El prado, el estofado,
El grano de mostaza,
El pájaro enjaulado,
Las flores del vestido
Volando sin sentido
Con los dientes de plata
Que te muerden despacio
Al lado de la oreja
Buscando en el oído
Un poco de palabras
Que te devuelvan corriendo
La vida que se ha ido
Sin planes ni esperanza.

Me duermo

Me duermo y te busco,
Me encuentro desnuda
Llorando en la cama
Tu amor y tu panza
Que están tan lejanos
Detrás de distancias
Que aviones recorren
Para todos lados
En las direcciones
Del  norte y del sur,
Del este, el oeste,
El cielo y el mar,
El verde del bosque,
El río lejano
Con agua amarilla
Que lleva las barcas
Con gente que baila
Y cantan alegres
Canciones de cuna
Con pétalos suaves
Del arroz con leche
Me quiero casar,
Me quiero esconder
En algún lugar,
Me quiero alejar
Sin ver el color
Del agua del mar
Que busca en la playa
Distancias de paz.

Las cosas que me olvidaba (2)

Las cosas que me olvidaba
Cuando pienso en tu mirada,
En tus besos, tus caricias,
Tus ojos de mermelada,
Tus pensamientos floridos,
Tus alegrías secretas
Que guardás en tu cabeza,
Tus compañías discretas
Buscando un alma gemela,
Tus momentos sin consuelo,
Sin fatigas, sin anhelos,
Tus distancias y tus días
Al lado mío en secreto,
Recogiendo las frutillas
Que crecen en el infierno.

A Jorge y su esposa

Esta poesía fue dedicada a un gran amigo nuestro cuando tuvo un ataque cardíaco causado por el stress de la vida de médico inmigrante refugiado, cuando el ser refugiado no estaba de moda.
Y ser médico de emergencias del McMaster Hospital cuando no había mucho reconocimiento de post traumatic stress disorder. 

La dividí en varios aspectos de su vida en aquellos momentos. 

Un tipo extraordinario, con una mujer al lado tan increíble como él.
Nos sentimos muy orgullosos de conocerlos desde hace tanto años.

Vida en campamento:

La luna redonda

Se duerme en el lago

Y alguna canoa

Descansa al costado.

El fuego en la orilla

Amontona amigos,

Las carpas y traillers

Están alineados,

Los chicos dormidos

O zumbando al lado,

O quizás se han ido

Corriendo quimeras

De chicas y amor.

Y ahí nos quedamos,

Charlando, pelando,

Cantando, escuchando

La noche, los bichos,

El canto de un sapo,

De un grillo, un mapache,

Mientras se presiente

Ya desde muy lejos

Alguna canción.

Médico de sala de 
Emergencia:

Los ojos (los dos)

El pelo, la cara,

La boca, los dientes.

¿Los dientes?

¿Y cuántos le quedan?

Está todo, suerte.

A ver las orejas:

¿La izquierda?

Está entera, ¿la otra?

Morada, ¿las rodillas?

Sucias, ¿los tobillos?

Flojos, los codos, el pecho,

El traste y la espalda.

¿Qué otra cosa falta?

No le falta nada.

Los dedos, las uñas

Son una monada,

Las manos, los brazos,

Sólo una sutura

Aquí o más allá,

Y alguna costura

Perdida en el cuerpo

En algún costado,

La nuca, el cabello,

Los piernas, los pies,

Los dedos pegados

Al resto del cuerpo,

Qué felicidad.

Marido, hermano y amigo:

Los chicos, los grandes,

Cecilia, las nenas,

Los otros, los míos,

Los tuyos, Graciela,

El viaje a Toronto,

O el paseo al sueño

Con pelo en la cara.

El avión a Cuba,

A Brasil o a España,

Plata para el coche

Que habrá que pagar,

La casa que arreglas

Dejándola nueva,

Serrucho, martillo,

Bisturí, bigotes,
Cigarro, cepillo,

El hermano Oscar,

Y para el asado

Tener el cuchillo,

El carbón, la carne,

Que hay que preparar,

Mientras los mosquitos

No quieren parar.