La paz
siempre
Anhelada
y doliente
Que
trajina
Por el
mundo,
El
cielo, una esquina,
Una
loma, el rocío,
El
acostarse sano,
El
levantarse rico.
Cada
mañana
Sin
nada, ni ojos,
Ni pelo,
ni cara,
Ni
manos, ni nada,
Casi
nada, nunca
Nada.
Sólo la
paz
En el
alma.
La
alegría sola
Y bonita
De la
primavera
Escondida
En el
brote
De
alguna ramita
Que
tiene las flores,
Las
hojas,
La
sombra,
Los
nidos,
Todos
separados,
Distintos
y juntos
En
trance al olvido
Que ya
ni me sueño,
Dentro
del ombligo
De alguna naranja
Que
huele a azahares
De
guitarra y luna.
Muelles
sin el lago,
Estrellas
de lata
Y el
peso sublime
Del amor
querido,
Ansioso
y ansiado
Que
viene a mis manos
Y pega
despacio
Contra
mi persona
Con la
paz bendita
De los
anhelantes.
Caminos
cortados
De casa
y de guita,
Mientras
que suspiro
Por un
rinconcito
Mío,
todo mío,
Donde me
acurruque
Sin la
ceremonia
De la
vida activa,
En cada
mañana
De la calesita,
Escuchando
lejos
La voz
de una amiga
Que
enseña a los chicos
Sin
pausa y sin prisa
Mientras
que una oreja
Se deja llevar
Prestando atención a
Lo que pasa afuera,
Siente
la corrida
De miles
de autos
Que van
y que vienen
Pa´ bajo
y pa´ arriba
En la
ruta brava
Donde
está la casa.
Te mando mis besos
De paz y
de cielo
Que
vienen cantando
Sin
prisa ni anhelo.
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