Vidas olvidadas, tristes, inmoladas,
que sueñan de día en la caminata
de versos sin vida, sin alma, sin nada.
Vidas que se fueron y nunca volvieron
que cantan al viento la desesperanza
en el terremoto que ahora es mi patria.
Añoranzas tristes, dormidas, lejanas
con penas de anhelos que cubren mi cara
en la bienvenida de amor al mañana.
Esperanzas perdidas de mi piel arrugada
en orejas, en piernas, en tripas y nalgas,
mi cuerpo se va más allá de la casa.
Y en el remolino de cosas pasadas
me pregunto si vos me podrías decir
si sentís que te quiero con toda mi alma.