Desde el fondo de mi alma,
de mi vida que ya pasa,los Reyes Magos llegaban
con sus camellos de lana
trayendo entre sus mochilas
regalos de toda clase
que dejaban a su paso
en los zapatitos nuevos
que poníamos de noche
antes de ir a la cama
en el marco tan cuadrado
de una ventana de casa.
Feliz día de los Reyes
que llegaban hasta el Niño
mientras la estrella brillaba
para orientarlos por siempre
y felices lo encontraban
rodeado de los pastores,
el buey, el asno, la oveja
de aquel pesebre inmortal,
ángeles del paraíso
que le cantaban su gloria
y sus padres tiernamente
dedicados a adorarlo,
a cuidarlo y ayudarlo
a ser un hombre cabal.
Cuando los Reyes venían
por caminos en mi pueblo
a encontrar los niños buenos
para ponerlos contentos
mientras ellos sonreían.
mientras ellos sonreían.
(Inspirado en una invitación de participar en un poema fusionado en Poemas del Alma)
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