Pensando con mi cabeza
a esta altura del partido,
sintiendo el frío en los huesos
y músculos doloridos
de edad, de miedo, de amor,
de alegría y sentimiento,
de pasión de corazón,
belleza y entendimiento,
acá me quedo sentada
con valor y atrevimiento.
Esta cabeza sincera
te dice desde muy dentro
que a veces te quiero mucho
y otras veces más te quiero
aunque me cueste aceptar
ser la piltrafa de siempre
para poder demostrar
que acá estoy todos los días
cerquita tuyo a tu lado
aunque nieve o aunque llueva,
en invierno o en verano,
para arriba o para abajo,
con tiempo bueno o con malo,
en descanso o con trabajo.
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