Lamentos extraños
que llaman de lejos,
que cantan mil cantos,
que alivian de peso
muchas penas viejas
que adentro entretengo.
Lamentos tan tristes
recordando engaños,
trayendo en la calma
el peso del tiempo,
el árbol sin aves,
sin flores ni sueños.
Lamentos dolientes
que salen del alma,
que buscan excusas
para que me vaya
a encontrar la paz
sin tenerle miedo.
Lamentos sin fin
que crecen por dentro,
que me comen viva
llorando por dentro
mientras que me siento
sola en la cocina.
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