Acá ya no pasa nada
los sábados por la noche,
no se puede ni ir al cine,
ni al teatro ni a una fiesta,
todo por acá cerrado
por el virus que no afloja
como parada siniestra.
Solamente cada tanto,
y si la gente que juega
no tiene ninguna peste,
se puede ver el partido
pero no blanco y celeste.
Esto no es ningún fútbol,
ni hay que llegar a la arena
para mirarlo de cerca
mientra te tomás cerveza,
solo se ve en la tevé
si es que tu mujer te deja
tener el control remoto
y no se busca película
con pavadas de muchacha
que prefiere los romances
a que la gente se pegue
con el palo con que juegan.
El partido es sobre hielo,
y muchachos se deslizan
sobre patines filosos
con los palos preparados
tirando el pack hacia el arco
mientras patinan volando
sobre el piso que está helado
como is fuera una pista.
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