Qué
lejos que nos fuimos,
No hay
nadie alrededor,
El fondo
de la casa
Parece
furibundo
Con este
viento helado,
Furioso,
doloroso,
Mostrando
desolado
Los
pájaros hambrientos
Que van
al comedero
Buscando
las semillas
Que
Alejandro les puso
Varios
días atrás.
Antes
que el nuevo frío
Envolviera
la tarde
En la
desolación
De la
estepa escaldada
Sin
tregua ni perdón.
Los
árboles pelados
Vestidos
en el negro
Y
subrayados en blanco
Parecen
resignados,
Destino
desgraciado
Que los muestra
sin vida
En la
dormida invernal.
Qué
lejos que nos fuimos,
Dónde
están los amigos,
Parientes
y vecinos
Que
dejamos allá,
Los
hijos peregrinos
Ya no
viven conmigo,
Se
fueron también lejos
Persiguiendo
destinos
De quimeras
gloriosas
Que hace
mal escuchar.
Saludan
cada tanto
Si quieren
visitar,
Pero no
siempre lo hacen,
Están
tan ocupados,
La vida
los aleja,
Los
lleva de la mano
Que
encuentran al pasar
Corriendo
al pan y al vino
Al amor,
al camino
Al deber
y al azahar.
La nieve
nos inunda,
Nos
mata, nos aísla,
Nos deja
en una isla
Sin paz ni
libertad.
La nieve
nos libera,
Nos ayuda,
nos besa,
Me trae
los regalos
Que gozo
en Navidad,
Nos acuna en la cama
Mostrándonos
la fuerza
De un día
de verano
Que pronto
ha de llegar.
La nieve
cubre todo,
La casa,
los vecinos,
El campo
a la distancia.
El patio y el parral.
El patio y el parral.
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