Acá va algún verso nuevo
que ni sé si va a parar
al tacho de la basura
para no mirarlo más
o a un sendero idolatrado
cuando me pongo a pensar
los supiros que creaba
en mis ganas de buscar
tus caricias sacrosantas
si vos querías amar
a esta linda muchachita
que llevaste hasta el altar.
Acá espero en esta silla
delante de una pantalla
para escribir siempre más
si te dignás arrancarte
de tanta conversación
en la fábrica importante
si quisieras olvidar
el visitar a los jefes
que se quedan a escuchar
tus consejos de hombre sabio
todo el tiempo sin parar.
Palabras sueltas al viento
que un velero ha de encontrar
suspirando al extrañarte
para poder navegar.