La tarde estaba tranquila
ya no sabría por qué
pero el sol en la distancia
calentaba sin querer
mientras sentada a la mesa
pensaba en esa canción
que cantaba entre tus brazos
como pidiendo calor.
Una tarde tan preciosa,
agradable al contemplar
tantas cosas muy tranquilas
mientras familias viajando
a la abuela visitar
producían alegría
si ahí la van a encontrar
a Alisson pundorosa
viendo a los nietos llegar.
La tarde no se acostaba,
tampoco se inclinará,
pero producía sombras
hacia horizontes de ayer
donde palomas vivían
adentro del palomar
con pichones que criaban
con amor y lealtad.
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