Me quedé sin cramelos,
sin pastillas, sin remedios,
me quedé sin la penumbra
de tus ojos que engalanan
cosas que estaban dormidas
sin que nadie se avivara.
Me quedé sola y solita,
sin la ropa, sin comida,
sola y triste sin consuelo
cuando mi cuerpo palpita
desnuda sobre la cama
mientras arriba del techo
las hojas de la borrasca
van volando en remolinos
que bajan besando el suelo
cantando alguna canción
sin que nadie se avivara.
No comments:
Post a Comment