Querido Sandrino,
mi esposo y marido
que adoro y que odio
con cinco sentidos
dentro del destino
de cosas presentes
que dan un camino
llevando en el alma
cosas que adivino
con lo que te quiero,
te adoro, te admiro,
pensando con bríos
lo que me gustás
desde aquel momento
que me derretí
entre tus abrazos
en lo de Tangari
en el otro siglo.
Querido Sandrino
sigo enamorada
en todo momento
viviendo mi vida
corriendo a los saltos
mientras que recuerdo
aquel baile antiguo.
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