Si tuviera algún coraje
escondido en mi bolsillo,
si tuviera la esperanza
de encontrar en el camino
las flores que voy sembrando
mientras sigo mi destino,
me sentiría contenta
de las cosas que consigo.
Si tuviera cada tanto
las esperanzas de antaño
cuando vivía contenta
mirando chicos creciendo,
sería fácil llegar
a las mismas conclusiones
que en este momento tengo:
que te quiero con el alma
muy contenta todo el tiempo.
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