Sunday 21 February 2016

Otra canción que te canto (muy viejita)

Las canciones que yo canto
Son canciones pobrecitas,
Canciones de tiempo antiguo,
De cantos viejos de antaño
Que me perforan el alma
Cuando me miro al espejo
Y me recuerdan la piba
Debajo de este pellejo,
Que se reía y lloraba
Y cantaba las Auroras
En las mañanas de frío
Mirándose a la bandera
Con el aliento muy blanco
Que me hace reír ahora.

Las canciones son pausadas,
Son tristes, son anheladas,
Las escondo de la vista
Porque no estoy arreglada
Para escribirlas ahora
Cuando no me inspiro tanto
Al ponerme a buscar versos
Que escribo mejor mañana
A la hora del camino.

Las canciones se hacen vagas
Cuando la noticia llega
Que alguien que con el tiempo
Se hizo parte de mi vida
Se fue a buscar una estrella
Desde su vida dormida
Y la noche acorralada
Entre las nubes tranquilas
La mira pasar my blanca
Volando por la cornisa.

Las canciones se retuercen
Y se van llorando solas,
No las ves ni las tocás
Ni las tenés que escuchar,
Aunque te hagan sentir loca
En pensar en las angustias
Que te suben a la boca,
Pero si te gusta más
Las podés hacer bailar
En el patio del lugar,
En la granja y el corral.

Si algún día me acordara
De levantarme temprano
Y me fuera sin apuro
A caminar por los campos
De la patria envejecida
Gozando la preciosura
De la amistad que se aguanta
Las chifladuras perdidas
De alguna amiga lejana
Que se fue de la Argentina,
Me pondría muy contenta
O lloraría de pena
Del beso que no se dio
O el cuento que no se cuenta.

Me quedaría tranquila
Y dormiría sin prisa
Hasta la tarde temprana
Con toda la gente amiga
Mirándote con piedad
Mientras pondría buscar
Las cosas que vas sufriendo,
Un caminar de verdad
Entre la nieve que cae
Sin que se pueda evitar,
O escribiendo en la oficina
Que me dan a organizar.

Si tuviera veinte años
Me sentaría a pensar
Las cosas que ya pasaron,
Las que ya no volverán,
Las que se fueron tan lejos
Que no las voy a encontrar,
Las que vendrían de vuelta
Haciédome suspirar,
Las cuentas que no cerré
Ni que cerraría nunca
Por más que me cueste un pie,
Una mano, una cabeza
O el corazón de vergüenza
Que me da tanta tristeza.
Mañana será otro día
Sin ninguna despedida
Y sin niguna promesa.

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