Audiencia divertida,
creerse o no creerse,
llegué en esta visita
contando los porotos
que ahora tengo más
de lo que imaginaba
cuando empecé a escribir
este lugar de ensueño,
que ahora me visitan
para leer mis cuentos
en cada atardecer.
Locuras de la carne,
el beso, el esquinazo,
abrazos, martillazos,
lloradas y sonrisas,
dormidas, despertadas,
esperanzadas de poncho
con las hilachas de abrigo
que en mi vida me gustaban.
Señoras y señores
acá en este momento
llegué contando visitas
290 mil
que vienen muy arregladas,
mientras yo nunca pensaba
que un día tuviera tantas
con sueños de la nada.
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