Aparecieron
todas las
Calamidades
viejas
Mientras escribo poemas:
La lluvia,
la neblina,
La
nieve, la tormenta,
La mufa,
la humedad,
La
escarcha y la sequía
De gran obscenidad.
También
aparecieron
Culpables
masculinos:
El
viento y el tornado,
Con el
rocío helado,
El
ciclón en El Niño,
El
huracán amargo,
El
trueno y el granizo,
El fuego
en el relámpago,
Y el
turbio remolino
Del mar del
maremoto
Que
arrastra los navíos
Al fondo
del abismo
Donde quedan hundidos
Y ya no vuelven más.
Y ya no vuelven más.
No sé si
haría falta
Pronosticando el tiempo
Nombrar a las tragedias
Nombrar a las tragedias
Para
juntar palabras
Que parezcan poesía.
Después
de las tormentas
Hay
momentos hermosos:
El viento
lleva lejos
Los nubarrones
negros.
Aparecen
los astros,
El sol y
el arcoíris,
La luna
y las estrellas,
Primavera y verano,
Primavera y verano,
La vida
y el amor.
Es el
tiempo de bodas,
De
flores en el pelo,
De susurros
de besos,
Nacimientos
de bebes
Con ilusiones
nuevas
Trayendo
la esperanza
Para un mundo
mejor.
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