La tarde se
va temprano
Y se va mostrando todo
Las cosas
que te decía
Y las que
nunca te escondo.
La tarde se
va muy sola
Y se va
cantando un tango
Una canción
de Piazzola
En el baile
del domingo
Que marca sólo
las horas
Que me
olvidaba jugando
Escuchando la victrola.
La tarde y
esta mañana
Y una noche de varones
Se van
dejando una aureola
De saludos en
la sombra
Que va diciéndome
todo
Lo que
podría añorarte
Cuando no
estoy tan tristona.
Y desde el
suelo lejano
De potreros
y milongas
Me voy
queriendo silbarte
Una canción
de poltrona,
De gallinas
y pollitos,
De ranas y
primaveras,
De veranos
con mosquitos
Y el otoño en la vereda
Con hojas muertas que vuelan.
La tarde se
vuelve hastío
Y me
recuerda a mi madre,
Mis abuelos
y mis tíos,
Mis amigos
y mi hermano,
Mil cosas
con cien motivos
Y los ojos
querendones
Encontrando desprolijos
Cosas que están en mojones
De viajes
que nunca llegan
Y versos que
uno se olvida.
La tarde se
vuelve noche
Y me voy
por los caminos
De las
locuras del tiempo
Que juega por la cornisa
De la casa
que se asume
Llena de
llantos y risas
Mientras el
resfrío me hace
Cosquillas en la nariz,
En el pecho
y en las piernas
Para
acordarme atrevida
De algunas
palabras tiernas.
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